Mito Pereira no se escondió ni puso paños calientes tras el doble bogey del hoyo 18 que cercenó de raíz sus opciones de ganar el PGA Championship. Le valía con un par para convertirse en el primer chileno en conquistar un Grande de golf.
Le valía con un bogey para salir al desempate con Justin Thomas y Will Zalatoris. Y acabó firmando un doble bogey demoledor que lo envió a la tercera posición empatado con Cameron Young. Uno de los finales más crueles que se recuerdan en los últimos tiempos, por cómo fue y por quién lo sufrió, un golfista que no sabe realmente cuándo volverá a ponerse en una situación así… Si es que ocurre de nuevo.
Pereira admitió que los nervios le atenazaron… y no sólo en ese maldito tee del hoyo 18 o en la última jornada. «Acabar tercero en el PGA Championship es un buen resultado, pero obviamente no quería acabar así la semana. La sensación durante todo el día ha sido terrible. El jueves ya estaba nervioso, el viernes también, el sábado igual y hoy fue muy duro, desde por la mañana hasta el final. Traté de manejarlo como pude, pero es realmente difícil», asegura.
Mito no oculta que en el tee del hoyo 18 empezó a pensar que podía ganar el PGA Championship. Jamás pensó que tiraría al agua su salida. Es más, ni se le pasó por la cabeza que estaba el arroyo esperando a la derecha de la calle. «Ni siquiera pensé en el agua. Mi única intención era ponerla en juego y supongo que apunté demasiado a la derecha… y me fui al agua. No sé muy bien qué pasó. Sólo he intentado pegar el mismo golpe que el sábado, baja y recta. Es un golpe al que le tengo mucha confianza, pero no sé qué ocurrió. Al final, es una situación de tanto estrés que todo puede pasar», explicó.
La decepción es más que evidente. «Estoy triste. No quería terminar así el torneo. Cuando he llegado a la bola y he dropado he sentido un poco de vergüenza. Tenía que estar tirando mi segundo golpe desde ahí y, sin embargo, era el tercero», admitía sincero. En cuanto a la recuperación que no fue capaz de hacer para salir del desempate, Mito explica que «era una situación muy difícil, pero pensé que le había pegado bien, que era un buen contacto, pero no fue así…».
Sea como fuere y aunque cueste, también hay espacio para la lectura positiva. «No es fácil justo ahora, pero realmente ha sido una gran semana y me quedo. Con muchas cosas positivas. Hay muchísimo bueno. Simplemente me gustaría pegar de nuevo el golpe de salida del hoyo 18. Seguro que voy a aprender de todo esto y vamos a tener otra oportunidad en el futuro», remata.
Por lo pronto, Pereira, que fue consolado al acabar el torneo por su amigo Joaquín Niemann, Abraham Ancer y Juan Sebastián Muñoz, se ha asegurado su plaza en el US Open y en el Open Championship de St Andrews, torneos para los que no estaba clasificado antes de esta semana. También se ha ganado un sitio en el Masters de Augusta del próximo año, al acabar entre los cuatro primeros y en el siguiente PGA Championship, para el que se clasifican los 15 mejores de esta semana. No es poco bagaje poder jugar los próximos seis Grandes, pero le costará un tiempo quitarse de la cabeza el golpe de salida del 18.
