Will Zalatoris (-9) es un magnífico y merecido líder en solitario del PGA Championship después de dos jornadas. Le tiene cogida la medida a los Grandes, donde no deja de firmar buenos resultados en apenas nueve apariciones, que son las que suma en las grandes citas, incluyendo este PGA de 2022.
El californiano todavía no ha conseguido su primera victoria en el PGA Tour, y ya lucha por el triunfo con sorprendente naturalidad en los ‘majors’. Decía Nicklaus que en los Grandes, antes de que arrancara el torneo, ya se habían borrado de la lista de candidatos muchos jugadores casi sin quererlo, bien fuera por la presión o sencillamente porque su inconsciente consideraba que aquello no iba con ellos, lo que de alguna manera simplificaba las cosas a los grandes campeones. La teoría del ‘auto sabotaje’, podríamos llamarla, que luego han hecho suya otros como Martin Kaymer o Brooks Koepka y que desde luego no es aplicable a Zalatoris. Éste no, éste, si acaso, rinde todavía más y mejor cuando la semana se viste de largo y se pone solemne.
Zalatoris no tiene que pedir disculpas a nadie por haber cerrado una espléndida segunda vuelta de 65 golpes, sin borrón alguno en la tarjeta, y haberse puesto así al frente de las operaciones, superando al imponente líder de la mañana, Justin Thomas (-6). Lo explicamos. Él ha jugado en el lado del cuadro que ha salido escandalosamente beneficiado por las condiciones de juego en ambas jornadas: mañanita templada de jueves, con poco viento y greenes más receptivos; y tarde sabrosona de viernes, casi en calma chicha durante las tres últimas horas de juego…
Pero, oiga usted, ni es algo que no haya ocurrido nunca, es más, forma parte de la esencia misma de este deporte, ni tampoco ha sido Will el único beneficiado, como es bien sencillo suponer, y de entre todos los suertudos, él ha sido quien mejor ha exprimía la situación. Añadamos, asimismo, que por más diferencia que haya habido entre ambos turnos de juego, había que jugar muy bien para hacerle pocas al recorrido de Tulsa, Oklahoma. Jordan Spieth (+1), por ejemplo, también ha disfrutado de las mejores condiciones y no terminaba de arrancar. O Tiger Woods (+3). Incluso, podríamos anotar los nombres de Rory McIlroy (-5) o Cameron Smith (-2), ilustres que hoy no han podido mantener vivo el fuego, aunque ambos se encuentren bien metidos en la pelea por la victoria.
Por si acaso, y para zanjar la cuestión, Justin Thomas (-6) y Matt Fitzpatrick (-3) son la inequívoca demostración de que, tocara donde tocara salir a jugar, se podía ser competitivo, pues ellos estaban en la parte mala del cuadro. No hay excusas. O nadie debería buscarlas por ahí.
Sorprende un poco más la presencia del chileno Mito Pereira (-8) en lo más alto de la tabla, a un solo golpe de la cabeza, aunque sólo relativamente, pues es un jugador que venía saltando de dos en dos los escalones y que si algo no ha mostrado es complejo de inferioridad desde su irrupción en el golf de alto nivel. De confianza en sí mismo va bien servido, aunque este fin de semana se va a enfrentar a un reto nuevo y apasionante que seguramente le revele mucho de sí mismo.
Me gustaría ver golfistas argentinos peleando ahí como los chilenos