Inicio Grandes Circuitos La losa que carga McIlroy en los Grandes (casi) antes de empezar
El norirlandés promedia más golpes que sus principales rivales en las primeras rondas

La losa que carga McIlroy en los Grandes (casi) antes de empezar

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Rory McIlroy
Rory McIlroy sigue el vuelo de la bola en el PGA Championship. © Golffile | Fran Caffrey

Resopla Rory McIlroy. Va para nueve años desde que al norirlandés se le atragantan los Majors. No sólo no encuentra la fórmula de hincarle el diente al Masters para completar el Grand Slam, es que ni siquiera ha podido alzar el trofeo en ninguna de los otros tres pesos pesados del calendario.

Hizo doblete en 2014 al ganar de forma consecutiva The Open en Royal Liverpool y el PGA Championship, que entonces cerraba el póquer de Grandes, en Valhalla. Fin. Está frustrado, desesperado, ha sido segundo en el British en 2020 y tercero en 2022, segundo en el Masters en 2022… Pero no vence y la amargura parece que va a más en un jugador que sigue en primera línea aunque ya ha cumplido 34 años.

Fue el propio Rory quien dio una clave tras finalizar el domingo en Rochester el PGA Championship, donde no llegó con el swing afinado y aun así terminó séptimo. Ojo a sus palabras porque carga una pesada losa (casi) antes de empezar estos torneos de altos vuelos. Y todo tiene que ver con las altas expectativas que se marca, con la presión añadida que lo lastra. ¿Cree que tener retos más modestos puede ser la clave para ser más feliz en el campo de golf? «Así es, ciento por ciento. Igual que aquí me pasó en Augusta, me obsesiono con ganar, ganar, ganar, en tratar de llevarme esa chaqueta verde, y en cierto modo no pienso simplemente en jugar un torneo. Voy al segundo tee el viernes y veo que ya estoy diez detrás de Brooks (Koepka) o lo que sea. Entonces me digo, caramba, no tengo posibilidades de ganar y las cosas se desmoronan. Es como ser un poco frágil mentalmente», apuntó.

Desde luego, los datos confirman que McIlroy pierde golpes respecto a algunos de los principales aspirantes a los Majors, al menos desde 2015, fecha desde la que hemos hecho la comparativa. Por tanto, en ella no aparece Jon Rahm, que inició su exitoso periplo profesional más tarde, pero sí otros hombres con varios Grandes a sus espaldas, entre ellos, lógicamente Brooks Koepka.

Rory ha promediado 71,68 golpes en la primera ronda de los Majors desde 2015 hasta ahora y sólo ha conseguido bajar de 70 impactos ocho veces en 32 vueltas en total sumando Masters, PGA Championship, US Open y The Open. Koepka, que levantó en Oak Hill su quinta copa desde 2017, acumula una sobresaliente media de 70,5 impactos en los arranques de los Grandes desde 2015 y en 30 rondas ha logrado puntuaciones de menos 70 en nada menos que 13 ocasiones. Es decir, el jugador de Florida le saca 1,2 impactos de promedio al golfista de Holywood cada vez que concluye los primeros 18 hoyos en los Majors.

Hay más. Atentos a los números de Dustin Johnson. El jugador de Carolina del Sur mejora sensiblemente los números de su compañero en LIV Golf. Su promedio en 32 primeras rondas en Grandes es de 70,21. Impresionante. Cerca de un golpe y medio menos que McIlroy. Y ha bajado de 70 en 14 de sus 32 vueltas. En casi la mitad de sus comienzos por el 1 o el 10 hace un sesentaitantos.

Otro tricampeón de Majors, Jordan Spieth, presume de cifras mejores que las de McIlroy en este apartado. El texano lleva menos de 71 golpes de media (70,95) en las 33 vueltas que ha disputado en los Grandes desde 2015, nueve de ellas por debajo de 70. Recordemos que la media de Rory era 71,68 y también es superada por Justin Thomas, doble vencedor del PGA Championship, con 71,17, medio golpe menos en cada ronda inicial y que en nueve ocasiones de 29 logró menos 70 tiros. Asimismo, Patrick Reed, otro buque insignia de LIV Golf y ganador de la chaqueta verde en 2018, saca medio impacto de media (71,24) en la primera ronda de los Grandes a su feroz oponente norirlandés. Sólo Adam Scott, que sólo tiene un triunfo potente (Masters 2013), pero lleva jugando Majors consecutivos desde The Open 2001, empeora el promedio de McIlroy desde 2015 hasta hoy: 71,96 golpes en los inicios de los Grandes.

Esta pesadísima mochilla repleta de piedras que acarrea McIlroy quizás tenga como solución llegar más relajado al primer hoyo del jueves, buscar, como hace unos meses él mismo comentó, a ese Rory niño que jugaba por diversión, no por competición. Seguramente así baje el promedio de golpes en esas difíciles puestas en escena en los Majors.