No está nada fácil pronosticar quién va a ganar este domingo el PGA Championship. La tercera jornada nos ha dejado sobre el tapete verde de Valhalla un desenlace muy emocionante. Tenemos a seis jugadores separados únicamente por dos golpes y en cinco tenemos a quince. Si hubiera que poner una línea divisoria entre los que tienen opciones de victoria y los que no, la lógica apunta al doble dígito. Todo aquel que esté más abajo del diez bajo par parece demasiado lejos. Muchos golpes y muchos jugadores por delante. Demasiados.
Collin Morikawa y Xander Schauffele con -15 lideran el segundo Grande del año a falta de 18 hoyos. Tienen un golpe de ventaja sobre Sahith Theegala (-14), dos sobre Shane Lowry, Viktor Hovland y Bryson DeChambeau (-13), tres sobre Justin Rose y Robert MacIntyre (-12), cuatro sobre Dean Burmester (-11) y cinco sobre Justin Thomas, Lee Hodges, Harris English, Austin Eckorat, Tony Finau y Thomas Detry (-10). La amalgama es fantástica. Hay europeos, americanos, veteranos, jóvenes, ganadores de majors, pegadores, virtuosos de los hierros, hombres Ryder, jugadores LIV, emblemas del PGA Tour… Tenemos de todo, señoras y señores. Más que un torneo de golf, parece una botica.
Y a todo esto hay que añadir un campo que se ha convertido en un festival de birdies. Este sábado se ha vivido la segunda mejor tercera jornada de la historia del PGA Championship en cuanto a media de golpes. El par ha estado en 69,55, un registro sólo superado por el 69,50 que se vio en Bellerive en 2018. El domingo las condiciones no van a diferir demasiado. Quizá los greenes estén un poco más duros, pero no lo suficiente como para variar demasiado el rumbo de los acontecimientos. Así las cosas, la duda razonable es si no veremos mañana a un ganador del PGA Championship coronado con una tarjeta de 61 golpes, la mejor de la historia de los Grandes. No parece descabellado. Hoy lo rozó Lowry.
Si eso ocurre, lo normal es que sea alguien que venga desde atrás, uno que sabe que tiene que buscar los birdies sin mirar al retrovisor, un perfil Justin Thomas, encendido por jugar en casa, o Bryson DeChambeau, un jugador que ya ha demostrado que puede bajar de 60 golpes con su putter se caliente. En cualquier caso, hay que volar bajo este domingo. Lo demandan las condiciones. No en vano, tenemos a 15 jugadores en -10 o más bajo. Hasta la fecha, la cifra más alta de golfistas en -10 o mejor en un Grande antes de la última jornada era de siete…
La tercera ronda nos deja que Schauffele y Morikawa están siendo los más finos de tee a green, los que mejores hierros están pegando, los que la están dejando de media más cerca. Si el putt de cualquiera de los dos funciona bien el domingo, serán sin duda los grandes candidatos. La diferencia es que Morikawa ya ha ganado dos veces, mientras que Schauffele arrastra la mochila de buscar su primer Grande.
Theegala parece el outsider, el que no tiene nada que perder, el que anima el cotarro, una especie de diablo de Tasmania que cuando entra en ebullición lo mejor es apartarse. Hoy ha remontado con un parcial fantástico de seis menos en los últimos diez hoyos cuando parecía que se le iba el torneo. Lowry será difícil que le dé continuidad a la salvaje actuación en los greenes de hoy y Hovland no deja de ser una incógnita. Rara vez una sesión de trabajo semi nocturna antes de un Grande ofreció mejores réditos. Es difícil imaginar a Rose o MacIntyre levantando el trofeo Wanamaker, al menos más difícil que a Dean Burmester, golfista peligroso donde los haya, con gran capacidad de birdie en condiciones favorables y que sí es de los pocos que ha crecido en su salto a LIV.
La tercera ronda sí nos ha dejado la curiosa circunstancia de que los tres grandes favoritos se han caído al mismo tiempo. Rory McIlroy (-8) ha hecho el amago de meterse, pero dos bogeys en los nueve hoyos finales lo han dejado fuera de combate. No obstante, un 61 suyo aún le daría opciones. Scheffler (-7) ha claudicado ante la semana más rara de su vida y Brooks Koepka (-4) se ha despedido sin tan siquiera asomar la cabeza en el moving day.
En definitiva, será una batalla al sprint a birdie limpio y lo normal es que acabe decidiendo el putt. El mejor en los greenes se llevará el gato al agua. De momento, de los grandes candidatos los tres primeros en la estadística de strokes gained putting son Lowry, Theegala, English y Rose. Por si les sirve de algo, aunque no les arriendo las ganancias.
