Rafa Cabrera Bello (-3) venía jugando muy bien. Con la bola siempre en juego y con la situación controlada en todo momento. Disfrutando de unas condiciones de juego magníficas y, por si fuera poco, haciendo resultado (tres menos saliendo del green del hoyo 9). En los hoyos 10 y 11, sin duda dos de los cocos de Royal Troon, hasta pegó buenas salidas desde el tee, pero a continuación se dejaba llevar más por el miedo al bogey que por otra cosa y se olvidó de plantear los segundos tiros tal y como hubiera hecho en circunstancias normales. Y como a veces ocurre en estos casos, basta que te conformes con un par para que salgas con un bogey… Caía uno detrás de otro en esos hoyos.
Camino del tee del 12 tocaba una reflexión al respecto y el canario acertó a hacerla. «Me di cuenta de que había sido demasiado defensivo con los segundos tiros porque sobre el papel eran hoyos muy difíciles. Así que me dije: oye, este es el Troon más fácil que nos vamos a encontrar esta semana, así que sigue jugando como lo estabas haciendo, dando los golpes que toquen en cada momento».
Y el auto lavado de cerebro express dio sus frutos: cerraría la ronda cogiendo todas las calles y greenes que tenía por delante, sin errores de consideración y convirtiendo dos birdies más para entregar un buen 68.
