Inicio The Open Championship The Open Championship 2016 Una corbata de 270 grados a la mejor vuelta de la historia
Phil Mickelson se queda a un suspiro de hacer 62 golpes y rubricar la mejor vuelta de todos los tiempos en un major

Una corbata de 270 grados a la mejor vuelta de la historia

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Phil Mickelson se ha quedado a una cruel y miserable corbata de firmar la mejor vuelta de todos los tiempos en un grande. Se olía el gran momento en Royal Troon. ‘Lefty’ venía embalado, a golpe de tambor. Ocho birdies y ningún bogey en el tee del hoyo 17 de la primera jornada del Open Championship. Todo el mundo se andaba relamiendo. La preguntaba sobrevolaba el aire cada vez más frío por la caída de la tarde de Troon: ¿Caerá al fin la mítica barrera de 63 golpes, esa que nadie ha conseguido librar nunca en un major?

Todo apunta a que al fin había llegado el momento. La salida de Mickelson en el hoyo 18 no fue buena. Se marchó a la izquierda, directa al búnker de calle, pero como si de un guiño del destino se tratara, justo cuando se iba a meter en la trampa, realizó una quiebro milimétrico para posarse mansamente en el primer corte de rough, ajena al peligro que había pasado.

Su tercer golpe acabó a algo más de cinco metros de la bandera. No era un putt fácil, pero sí muy metible, especialmente para un Mickelson que venía enchufadísimo, con tres birdies en los cuatro hoyos anteriores. El tiempo se detuvo en Troon. Hasta Ernie Els tuvo la gentileza de patear antes (estaba a unos tres metros) para dejar todo el protagonismo a Mickelson. Era un momento histórico.

El putt fue perfecto, iba directa al hoyo hasta que apenas a unos centímetros del agujero hizo un imperceptible gesto hacia la derecha que la sacó de la línea y del hoyo. Cobata de 270 grados. Dolorosa. «Oh, my god», decía Mickelson sin dar crédito alguno a lo que había hecho esa bola. «Es una de las mejores vueltas de golf que he jugado en toda mi vida y ahora sólo quiero llorar. Es un sentimiento extraño. Duele mucho», aseguró tras firmar la tarjeta.

 

Phil se queda sin récord histórico en solitario, pero sí que lo comparte con otros ocho jugadores en el Open y 27 en los majors, todos aquellos que han sido capaces de hacer 63 en alguna vuelta de un grande. Lo que no va a compartir Mickelson es el liderato. Sus 63 golpes lo colocan primero destacado tras un vuelta de libro. Las condiciones han ayudado, con poco viento e incluso ayudando en los segundos nueve por la tarde, pero eso no quita un ápice de mérito a la actuación de Phil. Ha estado brillante en todas las parcelas del juego, aunque especialmente con el putt y alrededor de green. Su sacada de búnker en el 16 para firmar el birdie ha sido antológica.

Es la tercera vez que el gran jugador de San Diego, ganador de cinco grandes (Open Championship de 2013 en Muirfield incluido) firma una vuelta en el Open Championship libre de bogeys. Curiosamente, las otros dos también fueron en Royal Troon, en el año 2004. Una corbata heló el corazón de Troon en el peor momento. Pocos jugadores hay más carismáticos que Mickelson para haber establecido una nueva marca para el recuerdo.