Sergio García (-2) no comenzaba esta primera jornada del Open del modo que espera un profesional de élite, cuyas rutinas de trabajo son casi sagradas. Un atasco de tráfico denso e imprevisto, ponía en apuros al jugador español, que acostumbra a comenzar a calentar al menos con unos setenta minutos de antelación a su horario de salida, y que sin embargo llegaba a Royal St. George’s media hora larga antes de su tee time. “Dos policías en moto me han ayudado a llegar al campo, abriéndome hueco entre el tráfico”, explicaba el castellonense, que se veía obligado a acortar los tiempos del calentamiento.
The Open Championship 2021: primera ronda, en directo
Después, una vez solventado el accidentado acceso, Sergio ha conseguido pegar muy buenos tiros, con mención especial a los de los hoyos 4 y 18, donde se dejaba dados los birdies. También ha enchufado buenos putts de media y larga distancia y, en general, al finalizar la ronda sentía que su juego estaba en un buen lugar para afrontar tan exigente cita. Si acaso, le ha sorprendido la cantidad de tarjetas por debajo del par que se han visto. “Es verdad que el campo está todavía un poco blando, por el agua que ha caído, pero por momentos ha soplado bastante el viento y había ahí fuera hoyos muy exigentes, en los que había que pegar dos golpes muy buenos para dejarse una opción de birdie, pero aquí son todos muy buenos, está claro”.
Los greenes le ponen muy cuesta arriba el Open a Jon Rahm
Hace unas semanas, Sergio cerraba el US Open con una de las mejores tarjetas de la cuarta jornada (registro de 68 en Torrey Pines), circunstancia muy celebrada por el español, que atravesaba por una áspera época en los Grandes, torneos donde siempre había sido un jugador destacado, muy por encima de la media, y que sin embargo se le habían atragantado en las últimas temporadas. De este modo, Sergio siente que este buen comienzo en Royal St. George’s da de alguna manera continuidad a un buen fin de semana en San Diego.
Viejos conocidos y tremendos candidatos
El español se ha mostrado hoy bastante fiable desde el tee (ha cogido más del setenta por ciento de las calles) y terminaba sumando un espléndido ramilletes de birdies, hasta cinco, aunque también pagaba el correspondiente peaje (hasta tres bogeys).
