Jon Rahm (+7) ha tenido uno de esos días para olvidar en la tercera ronda del US Open en Winged Foot. El West Course del mítico club neoyorkino se le ha cruzado por completo. El golfista de Barrika ha sufrido un calvario de principio a fin y se ha quedado sin opciones de victoria. Ha firmado 76 golpes y ha caído al puesto 31º de la clasificación. Sí, incluso jugadores tan fiables, sólidos y consistentes como Jon pueden tener un mal día en el US Open y lo pagan caro.
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Cuando decimos que los problemas han sido de principio a fin no es una manera de hablar. Arrancaba el día con tres bogeys consecutivos. Es la primera vez en su carrera que comienza una ronda con una secuencia tan negra. Como si de un oscuro augurio se tratara, fallaba por mucho el golpe de salida en el hoyo 1, a la izquierda, al rough profundo y apenas sólo podía sacarla a calle y ganar algunos metros. Desde ahí todo ha sido llanto y crujir de dientes (cuatro calles y siete greenes ha cogido). Lo ha intentado siempre, pero ha sido de esas veces que cuanto más lo intentaba, cuantas más ganas le ponía, peor le iban saliendo las cosas.
El único hoyo que ha jugado de libro ha sido el 5. Sensacional. Gran salida a la calle, fantástico tiro a green y muy buen putt de tres metros. Única alegría en todo el día. No ha estado fino desde el tee, aunque sin duda el gran lastre hoy han sido los hierros. Ya sea porque se ha quedado muchas veces entre palos o porque no sabido leer la brisa que ha soplado hoy en Winged Foot, que tampoco ha sido nada del otro mundo, lo cierto es que le ha costado muchísimo dejarse opciones de birdie. Más allá de la del 5, las únicas más o menos claras han sido en el 9 o en el 12, de cuatro y tres metros. Nada más. Poco bagaje para un campo que te lleva siempre en el alambre, esperándote para darte un capón.
Además, otras las grandes virtudes de Jon, el juego corto, ha estado desaparecida en combate. No ha sido capaz de generar los golpes que necesitaba desde el rough cuando ha fallado green. De hecho, en muchas ocasiones ha sido el putt el que lo ha salvado de hacer un resultado más alto, especialmente entre los hoyos 14 y 16, donde salvaba tres pares con tres putts realmente buenos, uno de ellos de ocho metros en el 15.
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Quizá el bogey del hoyo 9 ayer para acabar la segunda ronda le ha pasado más factura de lo que se esperaba. No tanto, por supuesto, porque le haya afectado al juego de hoy de manera directa, sino por la sensación quizá de estar más lejos de la cabeza de la cuenta y más necesitado, algo más apretado y buscando resultado en un campo que no permite grandes florituras.
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No queda otra que pasar página y centrarse en la jornada de mañana. Si algo queda claro con Jon es que no va a tirar la toalla. Este domingo saldrá con el único objetivo de hacer la vuelta más baja posible e intentar recuperar posiciones. Desde luego el top ten lo tiene a tiro y ya ha demostrado que puede jugar muy bien en este campo.