Dos putts de birdie embocados desde aproximadamente un metro y treinta centímetros en los hoyos 10 y 18. Este ha sido el bagaje anotador, positivo, de Sergio García (+3) en una segunda ronda del US Open que ha cerrado con una tarjeta de 74 golpes muy luchada, muy sufrida y con premio final: el castellonense estará el fin de semana en Torrey Pines y tapona así la hemorragia que venía padeciendo en los Grandes (había fallado los últimos cuatro cortes), que más que una sangría parecía ya venganza cósmica.
US Open Championship 2021: segunda ronda, en directo
Lo dicho: Sergio no ha podido enchufar ni un putt de birdie desde más allá de los cuatro pies de distancia. Qué difícil se hace sacar la cabeza en un torneo de golf de esta guisa, mucho más en un US Open, torneo en el que antes o después la penuria y las dificultades están aseguradas y conviene darse algún alivio del modo que sea, por lo civil o lo criminal.
Jon Rahm baja a la arena (literalmente)
A su lado, por ejemplo, Bubba Watson (-3) remataba la que seguramente será una de las vueltas del día (67 golpes) sin que su juego de tee a green fuera en líneas generales mucho mejor que el del español: ambos cogían el mismo número de calles, nueve, y el mismo número de greenes en regulación, trece; y si nos ponemos a revisar la proximidad al hoyo, parecen también muy equilibradas las fuerzas. Así son las cosas. Es dar vueltas a lo mismo, cierto, pero no queda más remedio. El zurdo estadounidense embocaba un purito de cinco metros, otro de más de seis metros y otros dos más que rondaban los cuatro, además de acertar también con otro desde unos tres metros para salvar un gran par…
Podcast: Las claves en caliente de la primera ronda del US Open
Es casi una evidencia que a Sergio le ha incomodado hoy por momentos la presencia del dichoso fantasma que lo lleva y lo trae por la calle de la amargura en los Grandes, casi desde que ganara el Masters, hace ya más de cuatro años. Sobre todo después del doble bogey que caía en el hoyo 2, el undécimo de su vuelta. Pero el jugador español ha reaccionado hoy con cabeza fría, el temple necesario y buen juego en momentos muy oportunos, que al menos le evitaban los problemas y lo mantenían vivo. Bubba firmaba hasta cinco birdies en los últimos seis hoyos de la vuelta (terminaban por el 9), mientras Sergio, que en ese mismo tramo la estaba dejando incluso más cerca de la bandera en varios hoyos, no veía puerta.
La interesante reflexión de Rafa sobre por qué el US Open se le da bien
Esta noche el de Borriol va a descansar a gusto. Y mañana, si encuentra el modo de dar con el hoyo, todavía se puede poner en disposición de hacer algo interesante en tierras californianas. Es lo maravilloso del US Open: si eres capaz de ganarle al campo, aunque sea por la mínima, la remontada en la tabla está asegurada. Quizá le haya llegado la hora a Sergio de sentirse libre y ligero de nuevo en un ‘major’.
