Jorge Carballo es un agente de policía del condado de Los Ángeles. Viste de negro riguroso con una enorme placa plateada en el lado izquierdo del pecho. Es de origen mexicano y habla español perfectamente. Esta semana tiene una misión especial en el US Open. Debe seguir a Jon Rahm allá por donde va. Es su sombra. Una sombra discreta, todo hay que decirlo. Tiene la enorme virtud de estar sin ser visto y no precisamente porque pase desapercibido. No es muy alto, pero no hay que ser muy listo para saber que es mejor no chocar con él.
El agente Carballo es también un fanático del golf. «Demasiado», dice con una amplia sonrisa. Cuando no está patrullando, lo verán en un campo de golf, en el Rancho Park o en el Encino Golf Course. «Están en la city, son buenos recorridos, bien cuidados, aunque no es esto, claro», afirma entre carcajadas. Le encantaría jugar algún día el North course de Los Angeles Country Club, aunque asegura que no se ve bajando de 90 golpes. Éste que escribe firma con sangre ese resultado.
La tarea del agente Carballo es proteger a Jon Rahm de cualquier altercado desagradable. No suele pasar nada, ya lo saben, pero en Estados Unidos son muy del por si acaso. No es el único jugador que lleva protección. Todos los grandes tienen asignados un policía.
Pues bien, hoy miércoles ha estado en la ronda de prácticas que ha jugado el golfista de Barrika junto a Phil Mickelson, Alejandro del Rey y David Puig. Jorge suele ir siempre junto a la cuerda donde más presencia de público hay, pero no pierde detalle de los golpes… como buen fanático. Con un rabillo del ojo está pendiente por si algún íntimo amigo de la cerveza se pasa de frenada y con el otro mira el juego. Es hándicap siete. Sabe de qué va esto.
Así las cosas, apenas ha necesitado siete hoyos para darse cuenta de que Alex del Rey tiene algo especial. No lo conocía de antes y le ha entrado por el ojo. Tanto es así que ha agarrado su teléfono en mitad de la ronda de prácticas, ha llamado a un amigo suyo de Las Vegas y le ha dicho: «mete 100 dólares a Del Rey». Tal cual. «Me gusta mucho, es muy bueno, va larguísimo. Puede ser la sorpresa de este US Open», afirma convencido y risueño a Ten Golf.
La apuesta por Del Rey no es ninguna broma. Su cotización está a 750 por cada dólar apostado. Esto significa que si gana Del Rey, al agente Carballo le corresponderán 75.000 dólares. Ni tan mal. Seguro que le da para jugar al menos una ronda en Riviera, otra en Los Angeles Country Club y hasta para cambiar el driver.
Este jueves estará siguiendo de nuevo el partido de Jon Rahm, que juega con Viktor Hovland y Xander Schauffele, aunque seguro que con el rabillo del ojo anda pendiente de lo que haga Alex del Rey.
