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El genio de Cypress, que recibirá el trofeo Bobby Jones de la USGA, habla del PIF y de Pinehurst

Las dos predicciones de Tiger Woods (una apocalíptica)

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Charlie Woods mira atentamente a su padre mientras patea en la ronda de prácticas del US Open.
Charlie Woods mira atentamente a su padre mientras patea en la ronda de prácticas del US Open. (Jeff Haynes/USGA)

Tiger Woods le ha dicho a la USGA que tenía diez minutos para atender a los medios de comunicación. Ni nueve, ni once. Diez. El golfista de California ha querido limitar su presencia ante los medios porque intuía por dónde iba a ir su rueda de prensa. Mucho PIF, mucho Yasir Al Rumayyan y poco US Open. Pues bien, no ha sido así. De la reunión con los saudíes sólo ha caído una cuestión. El resto ha versado sobre su estado de forma, la relación con Charlie Woods y Pinehurst, el desafío que se nos viene encima esta semana.

Tiger ha estado poco tiempo, pero ha sido suficiente para realizar dos predicciones, una de ellas apocalíptica. La primera ha sido sobre el acuerdo con el PIF, el Fondo Soberano de Inversión Pública de Arabia. Por suerte para todos, esta no era la apocalíptica. Más bien al contrario, Woods, más prudente y reservado que McIlroy, ha seguido en la misma línea del norirlandés. Optimismo. «Fue una cumbre productiva. ¿Hay luz al final del túnel? Creo que estamos más cerca de llegar a ese punto que antes de la reunión. Hemos discutido sobre muchos posibles finales a esta ruptura y múltiples maneras de llegar a ellos. Creo que las dos partes salimos de la reunión con una sensación muy positiva. Compartimos la misma pasión por encontrar una solución. Sí, hay diferencias de opinión, pero realmente los dos queremos lo mismo», ha explicado.

Cómo se pueden traducir las palabras de Tiger Woods. Evidentemente, no es fácil meterse en la cabeza del campeón de 15 Grandes, pero parece evidente que tanto PGA Tour Enterprises como PIF entienden que solucionar la fractura que existe ahora mismo en el golf profesional es bueno y prioritario para ambas partes y hay que remangarse para encontrar el camino. En ello están.

El otro vaticinio de Tiger ha sido el apocalíptico y tiene que ver con este US Open y la preparación del campo que ha hecho la USGA. Woods, segundo y tercero en este escenario en las ediciones de 2005 y 1999, tiene claro que va a ser una semana de absoluta supervivencia. ¿Carnicería? Por ahí van a ir los tiros. «Vamos a ver a muchos chicos jugando al ping pong en los greenes, como ocurrió en 2005, tirando approachs de lado a lado. Va a ser un test duro y exigente. El mejor resultado total que vamos a ver esta semana creo que será el que lleve el líder después de la primera jornada», señala.

A quien le guste la sangre, está de enhorabuena. Este US Open va en esa dirección. Veremos si alguien acaba bajo par. Los greenes se van a poner muy duros y ya están muy rápidos. «Están muy brillantes para ser martes. Estoy seguro de que vamos a ver el putter de más de un jugador resbalando sobre el green al agacharse para ver una caída. La clave va a estar en la parte mental, toca aguantar mucho, y alrededor de green», señala.

Woods ha admitido que prácticamente ha probado todos los palos en los golpes alrededor de green, en las escapatorias. «He pateado, he utilizado el wedge, diferentes grados, hierro 7, hierro 8, hierro 4 y maderas… Precisamente con las maderas no me ha gustado mucho cómo responde la bola», ha reconocido.

En esta ocasión, Tiger no ha hablado de objetivos, pero sí ha dicho que se siente fuerte para aguantar los cuatro días y ha hablado de su excelente relación con su hijo Charlie, con el que está compartiendo las jornadas de práctica. No sólo lo acompaña, sino que se involucra en el trabajo del padre. «Me da consejo y le escucho. Nadie conoce mi swing mejor que él. Nadie me ha visto dar más bolas que él. Yo le pido que se fije en algunas cosas y después me las recuerda. Como con el putter. Siempre le dijo que lo importante es el proceso no el resultado… Y muchas veces me lo recuerda cuando ve que no lo estoy haciendo bien», remarca.