Inicio US Open US Open 2023 De la sangre fría de Puig a la desazón de Del Rey
Cara y cruz para los jóvenes españoles en la jornada de corte del US Open

De la sangre fría de Puig a la desazón de Del Rey

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David Puig - US Open 2023
David Puig, durante la segunda ronda del US Open. (© Golffile | Mateo Villalba)

La cara y la cruz. La alegría y la decepción. David Puig (+2) ha asegurado el corte en el US Open y Alejandro del Rey (+7) se queda fuera tras un día para olvidar. Así es el golf. En 24 horas nada tiene por qué ser igual. Alex ha pasado de ser el mejor debutante español de la historia en este Grande a terminar siendo engullido por Los Angeles Country Club. Nada que sorprenda, por otro lado. Es moneda común en este deporte. Toca digerir y, sobre todo, extraer conclusiones, acertar con el diagnóstico, aprender y crecer. No es algo que se vaya a hacer en caliente cinco minutos después de acabar la vuelta, pero sí conviene realizar el esfuerzo cuando pasen unas horas o incluso unos días. Es un trago amargo, pero al menos hay que tratar de que sirva para algo.

David ha dejado su sello en este US Open. Pase lo que pase el fin de semana, ha vuelto a demostrar que los tiene bien puestos, que compite como el mejor, que da todo lo que tiene en cada momento y que con su juego corto uno puede ir a la guerra. Hay que tener mucha sangre fría y aplomo para superar el corte cuando la situación se le había puesto muy cuesta arriba. Merece la pena hacer una relación de los hechos.

El golfista de La Garriga llevaba un día de pico y pala. Ha jugado bien, pero no ha dejado de estar en el alambre toda la jornada. Dos bogeys en sus primeros cuatro hoyos lo colocaban ya sobre par. Dos más en los siguientes cinco lo ponían contras las cuerdas, en ese instante fuera del corte con +3 en el total. Tocaba remar en los segundos nueve hoyos.

Al fin encontraba el hoyo con un putt de birdie en el hoyo 2 (empezó por el 10) y se metía de nuevo en el corte. Putt de tres metros. Había que aguantar y así lo estaba haciendo. Firmó cuatro pares seguidos antes de pinchar la bola en el tee del 7. Necesitaba como mínimo un parcial de par en esos tres últimos hoyos para asegurar el fin de semana. No hay que descartar que el +3 termine entrando, pero desde luego no es seguro.

Lo que ocurre en el 7 es raro. Cualquiera que crea en la predestinación tenía licencia absoluta en ese momento para pensar que los dioses del golf estaban empujando para dejarlo fuera del corte. Puig caza el green y se deja un putt de birdie lejano de unos 13 metros. Desde que la bola para en el green hasta que tira su putt de birdie pasan más de 15 minutos. No, no es una exageración. Tienen que marcar la bola y dejar que tiren los tres del partido de atrás y su compañero de partido, que pateaba primero, se tuvo que quitar de la bola porque estaban saliendo en el tee del 5, justo pegado a ellos. Muchísimo tiempo. «Creo que he perdido un poco la concentración», reconocía después Puig. Se dejó un putt de par de unos dos metros y lo falló. El problema fue el primer putt…

Seguimos con los malos augurios. David se sube enfadado al tee del 8 por el tripateo. Vuelve a +3 y está de nuevo, aunque sea provisionalmente, fuera del corte. Respira profundamente y hace una lectura simple y acertada. No pasa nada, necesito un parcial de uno bajo par en dos hoyos. Pero la cosa no empieza bien. Pega la madera 3 desde el tee, sale más larga de lo que esperaba y se queda la bola muy mal puesta en el rough de la derecha. La bola estaba fea. Pónganse en situación: 21 años, hoyo y medio para acabar, lío y necesita uno bajo par en su primer US Open para estar el fin de semana… No es fácil tener la sangre fría que ha demostrado el español.

Ha pegado su segundo golpe a tope con el 58 grados, háganse una de cómo estaba la bola. No entraba ningún otro palo. Podía ocurrir cualquier cosa, pero ha sido una genialidad. Ha avanzado metros y la ha devuelto a la calle. Se ha dejado un tercer golpe de 100 metros. Ahí, por fin, ha esbozado una sonrisa. La distancia perfecta para otro 58. Y la ha clavado. A un metro de la bandera y birdie. Sangre fría y aplomo. «Ha sido un gran tiro, pero yo creo que tiene más mérito el segundo, o al menos yo pienso que ha sido más importante», afirma a Ten Golf.

La historia no ha terminado ahí. Tenía que rematar y aún ha tocado sufrir. Su golpe en el 9 ha sido mucho mejor de lo que pueda decir el shot tracker. Le ha faltado un metro para coronar y dejarse un putt de birdie de dos metros. En cambio, la bola se ha ido para abajo y se ha dejado un primer putt eterno de 15 metros, dos metros más largo que el del 7… el del tripateo. Para creer en brujas. Tensión.

Se ha dejado un compromiso de metro y medio para par y lo ha metido por todo el centro. Compromiso para los humanos, claro, porque para David no lo era. «No estaba nervioso. Uno de mis fuertes son los putts cortos, los tiro muy bien y tenía claro cómo tirar ese. Estaba muy convencido», afirma. Pues sí, David los tiene bien puesto y ahora toca soñar con todo el fin de semana. Desde luego, él mira hacia arriba. «El corte no es lo que me motiva. Sé que tengo juego para estar más arriba y eso es lo que voy a intentar. Ojalá me salga un buen fin de semana y pueda ascender en la clasificación», remata.

La desazón de Alex del Rey

La cruz ha sido Del Rey. Jornada muy dura. Casi desconcertante. Le iban cayendo los golpes y casi no sabía de dónde venían. La clave de su vuelta ha estado entre los hoyos 15 y 17. Cierto es que no empezó bien, no ha pegado tan buenos golpes como el jueves, pero tampoco era un desastre. Desde el tee ha estado sobresaliente, especialmente del 10 al 18, pero su segundos tiros por un metro le han puesto en situaciones complicada. A ello se ha unido que el putter no le ha ayudado. Justo en ese tramo. Ha tenido putt de birdie de dos metros en el 15, de par de dos metros en el 16 y de birdie de dos metros y medio en el 17. No ha metido ninguno. De un posible parcial de dos bajo par ha pasado a uno sobre par. Esto no le ha permitido coger aire y le ha hecho ir más obligado en los segundos nueve. Ya sabemos que en un US Open, todo lo que sea ir a cazar al campo es un arma de doble filo que se te puede volver en contra. Así ha sido. Vuelta de 79 golpes.

US Open 2023 - Alejandro del Rey
Alejandro Del Rey. (© Golffile | Mateo Villalba)

La desazón de Álex era grande y lógica al acabar, pero se ha demostrado que es muy capaz de jugar bajo par en un escenario de máximo nivel como el US Open. Con eso debe quedarse y sacar conclusiones que ayuden de lo que ha ocurrido hoy. Tiene capacidad sobrada para ambas cosas, para brillar en los Grandes y para aprender cuando las cosas vienen mal dadas.

Resultados en directo del US Open Championship 2023