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La increíble relación entre Sergio García y la Ryder Cup

Sergio sabe muy bien dónde y cómo empezó todo…

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Paula Martí y Sergio García señalados con un círculo rojo, Oak Hill 1995. Foto cortesía de Paula Martí.
Paula Martí y Sergio García señalados con un círculo rojo, Oak Hill 1995. Foto cortesía de Paula Martí.

Sergio García sigue siendo el único jugador que ha debutado en una Ryder Cup como ‘teenager’, con 19 años. Es algo más que sabido. Igual que lo es el hecho de que ahora mismo sea el jugador que más puntos ha sumado en la historia de esta competición casi centenaria (25,5).

El español suma y sigue, como también es bien sabido: va a disputar su décima Ryder (1999, 2002, 2004, 2006, 2008, 2012, 2014, 2016, 2018 y 2021) y se convierte así en el sexto jugador que alcanza el doble dígito de ediciones disputadas, junto a Christy O’Connor Snr. (10) y Bernhard Langer (10) y por detrás de Phil Mickelson (12), Nick Faldo (11) y Lee Westwood, que alcanza esta semana su undécima participación. También pasa a ser uno de los cuatro únicos jugadores que ha disputado al menos una edición en cuatro décadas distintas (los otros tres son Lee Westwood, que también alcanza tal hito en la presente edición, el galés Dai Rees y el estadounidense Raymond Floyd).

En fin, es bien conocida y apreciada su versatilidad y capacidad de adaptación a diferentes parejas (hasta once diferentes ha formado en su trayectoria Ryder), con un exitoso resultado de 18 victorias, seis empates y ocho derrotas, así como su ya legendaria aportación de intangibles dentro del vestuario, reconocida y muy valorada por todos los capitanes y compañeros.

Foto cortesía de Paula Martí.
Foto cortesía de Paula Martí.

La parte que quizá se recuerde menos de la increíble relación entre Sergio y la Ryder, entre otras cosas por la falta de documentación, es precisamente el ‘kilómetro cero’ de tan prolífica andadura. Y no, no nos referimos a su primera participación, la de 1999 en el The Country Club (Brookline, Massachusetts), en la que comenzó a escribir junto a Jesper Parnevik la primera página de este bello cantar de gesta (jugaron juntos los cuatro puntos por parejas y ganaron tres y empataron uno).

Hay que remontarse cuatro años antes, a la Ryder de 1995 en el Oak Hill Country Club (Pittsford, Nueva York), cuando el castellonense apenas tenía 15 años. Aquel año y en los días previos a aquella edición de la Ryder se disputaron una serie de partidos de exhibición entre un jovencísimo equipo con los mejores doce jugadores europeos sub 18 (seis chicos y seis chicas) y diferentes rivales de la misma edad del área de Nueva York, aunque también acabarían enfrentándose a algunos profesionales de la PGA americana. Finalmente, aquella exhibición sería la génesis de la Junior Ryder Cup, que se disputaría por primera vez de una manera oficial dos años más tarde en San Roque y Alcaidesa, en los días previos a la Ryder de Valderrama.

Pero volvamos a 1995, porque después de tales encuentros, que tuvieron lugar en tres campos diferentes, los muchachos de la formación europea fueron invitados a vivir desde dentro la Ryder de los mayores en Oak Hill, que terminaría con una apretada victoria continental.

Y tan desde dentro. Entre los doce elegidos había dos españoles, ambos de apenas 15 años: Paula Martí y Sergio García. Y el castellonense sitúa justo en aquella semana su flechazo con esta competición. “Recuerdo perfectamente estar siguiendo una vuelta de prácticas y cómo Seve me vio y me metió dentro de las cuerdas. Me estuvo contando cosas y yo estaba ahí, alucinado. Después fuimos al International Pavilion y había un grupo grande de europeos, con mezcla de varias nacionalidades, cantando y disfrutando… Ese día me enamoré de la Ryder Cup”, señala.

Foto cortesía de Paula Martí.
Foto cortesía de Paula Martí.

Entre los europeos puede distinguirse, además de Sergio y Paula, a la italiana Giulia Sergas, al noruego Henrik Bjornstad, al sueco Christian Nilsson o al finés Mikko Ilonen, entre otros. Ninguno de los chicos llegaría a jugar una Ryder, salvo Sergio, por supuesto. De hecho, aunque Bjornstad apuntaba entonces grandes maneras, han tenido que pasar 26 años para que un noruego, Viktor Hovland, debute en la Ryder Cup. Ya se lo ha contado Harrington esta semana a sus muchachos a través de un emocionante video: no hay plaza más cara que la de este evento. Paula Martí, por cierto, se convertiría siete años después de aquello (2002) en la segunda española en debutar en una Solheim Cup, el equivalente femenino, sólo por detrás de Raquel Carriedo, que se había estrenado en el año 2000.

“Después, es cierto, vino la primera edición que jugué, pero el principio de todo fue aquellos días en Nueva York en 1995. Aquella Ryder en The Country Club fue un poco un bonus que me encontré en 1999, mi primer año de profesional, porque mi objetivo no era en aquella temporada meterme en el equipo, sino más bien tratar de obtener los derechos de juego en los circuitos. Pero salió todo muy bien y al final me metí. Con Parnevik me veo muy poco, apenas coincidimos, pero cuando nos encontramos se nota la chispa y el cariño”, concluye Sergio.

Foto cortesía de Paula Martí.
Foto cortesía de Paula Martí.

Desde aquel 1999 casi no ha parado (sólo faltó a la edición de 2010 en Gales, aunque estuviese como vicecapitán), hasta reunir los 41 partidos que junta ya en el evento más importante del golf mundial. Para hacernos de nuevo una idea de sus registros, recordemos que sólo seis jugadores en la historia de la Ryder han disputado cuarenta o más partidos: Mickelson (47), Faldo (46), Westwood (44), Langer (42), Sergio (41) y Neil Coles (40).

Y al Niño de Borriol le queda cuerda para rato.