Jon Rahm y Scottie Scheffler se han repartido medio punto cada uno en el primer duelo de la sesión de individuales de la Ryder Cup. La batalla de los gigantes no defraudó. Sus enfrentamientos van camino de convertirse en algo casi mitológico. Es una fabulosa pelea entre bestias. Ha sido un partido de poder a poder. Es el quinto punto que juegan en la Ryder Cup y el balance no puede estar más igualado: una victoria para cada uno y tres empates.
Los datos no dejan lugar a la duda. Entre los dos hicieron doce birdies en los 18 hoyos, seis cada uno. Rahm sólo habría perdido hoy contra Jordan Spieth, que firmó siete birdies y un eagle contra Shane Lowry. El partido iba y venía. Únicamente empataron un tercio de los hoyos que jugaron. Comenzó mandando Rahm con un gran putt de birdie en el hoyo 1. Scheffler arrancó muy frío en los greenes y abrió varias puertas, pero Jon no consiguió fabricarse un colchón. Todo siguió muy apretado.
Scheffler iba repartiendo tirazos, como en el 2, el 5, el 6, el 9, el 14, el 15, el 16 o el 17. Y Jon, también. Como en el 1, el 4, el 5, el 10, el 13, el 16 o los tres que necesitó en el 18. Era un combate de boxeo entre pesos pesados y sólo podía quedar uno en pie.
Scottie logró poner contra las cuerdas a Jon al final del partido. Llegó uno arriba al 18. El medio punto estaba asegurado y lo tenía todo a favor para llevarse el punto completo. Pero Jon es mucho Jon en el hoyo 18. Ha sido su guarida esta semana. El gran ladrón de guante blanco. Dos veces ha jugado el de Barrika el último hoyo del Marco Simone, las dos a remolque y las dos ha ganado el hoyo, una vez con eagle, para disgusto de Koepka, y hoy con un birdie estratosférico… Por cierto, qué cerca ha estado de lograr otro eagle imposible.
El empate es el resultado que merecía este partido. Su saludo al final lo decía todo. Era puro reconocimiento y admiración. Muchacho, no hay quien pueda contigo, parecían decirse el uno al otro. Eso sí, más vale que nos demos un respiro. A ver si estamos un tiempo sin vernos, ya que da la sensación de que cada vez que se cruzan pierden los dos varios años de vida. Los aficionados lo gozan al máximo, pero es contraproducente para los corazones más débiles.
El medio punto arrancado por Rahm no puede quedar en una anécdota. Ha sido crucial en el devenir de la Ryder Cup. El resultado final no debe engañarnos. Si Scheffler hubiera ganado ese punto, la situación para Europa se habría puesto muy negra, ya que empezaba a faltar el aire. Pero a Jon siempre le quedaba en Roma la carta del 18. El putt de 30 metros de eagle que tiró para dejarse el birdie hecho es simplemente una obra de arte. Hablando de mitología, bien podría tener un sitio en los museos vaticanos.
Rahm se marcha de esta Ryder Cup invicto. Es la primera vez que le ocurre. En París 2018 jugó tres puntos, ganó uno y perdió dos, en Whistling Straits jugó cinco puntos, ganó tres, empató uno y perdió otro y esta semana ha jugado cuatro, ha ganado dos y ha empatado otros dos. Es decir, sólo ha perdido un partido de los últimos nueve que ha disputado en la Ryder Cup. Palabras mayores. Además, suma ya 7,5 puntos.
