Luke Donald se va de Roma como gran triunfador en su duelo en la capitanía contra Zach Johnson. El inglés se la jugó con algunas elecciones y el contundente triunfo ante Estados Unidos (16,5-11,5) demostró que acertó plenamente al conformar un equipo de «12 valientes», como él mismo definió, que desde el primer partido ha sometido a los yanquis, que necesitaban de un milagro en los individuales de este domingo para darle la vuelta a la tortilla.
Donald, que venció en la Ryder como golfista en 2004, 2006, 2010 y 2012, amplía su exitoso vínculo con este magno evento al adjudicarse el trofeo siendo capitán. Y no podía estar más feliz y radiante el inglés nada más certificarse la victoria del Viejo Continente: «Esto es lo mejor de toda mi carrera. Por eso la Ryder Cup es tan especial para mí y para estos muchachos, muchas gracias por estos momentos. Jugamos el uno para el otro y podemos compartir este éxito juntos. Pasaremos esta semana juntos y compartiremos estos recuerdos para siempre», afirmó exultante el ex Número Uno del mundo.
Siempre caballeroso, Donald reconoció la lucha de su rival, su honor para combatir el último día a pesar de que la remontada era casi una quimera: «Estados Unidos ha presentado mucha pelea y estoy muy orgulloso de mis 12 muchachos. Tuvimos una relación muy fuerte desde el primer día y me dieron todo lo que tenían. Confiaron en mí y cumplieron con mis expectativas», celebró.
Sobre la jornada dominical, el capitán europeo la resumió diciendo que «empezó muy bien; nuestros chicos tuvieron un gran comienzo, justo lo que necesitábamos. EL plan era ver que nos poníamos por delante en la tabla de resultados desde el principio, aunque luego los estadounidenses apretaron y hubo que seguir mirando el marcador. Aunque teníamos otras bazas en los últimos partidos, como Tommy, Shane y Bobby, y los tres estuvieron por delante, así que tal vez no fue tan igualado como pensé que iba a ser».
A propósito de la fórmula que ha llevado a Europa a su abultada victoria después de la dolorosa derrota en Whistling Straits, Donald apuntó que «les presenté un plan sobre por qué pensaba que iban a ganar, pero en realidad se trataba simplemente de mantenerse al margen. Tenían que jugar bien y lo hicieron. Estoy feliz de que confiaran en mí».
Asimismo, el capitán quiso agradecer el papel fundamental de los aficionados que arroparon a su equipo durante toda la semana en el Marco Simone. A su juicio, el decimotercer jugador ha sido crucial para llevarse el gato al agua: «Los fans han estado increíbles. Obviamente era un sueño ser capitán y más aún serlo siendo el equipo local. No podría pedir un entorno mejor, la Roma histórica, y hoy hicimos historia». Donald augura un futuro largo y halagüeño a sus 12 muchachos en la Ryder Cup: «No hubo mucha gente que nos diera una oportunidad después de Whistling Straits. Perdimos por mucho. Empezamos a mostrar cierta forma en los últimos seis meses y no podría estar más feliz con mi equipo. Estos muchachos estarán aquí por mucho tiempo y vamos a dar una gran batalla dentro de dos años», zanjó.
