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Sebas García y Javi Herranz y el secreto de desdramatizar en cada golpe

Cuando el mejor psicólogo es tener una mosca cojonera en la bolsa…

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Sebastián García Rodríguez (-5) ha firmado un sólido inicio en el Tenerife Open que se disputa en el Golf Costa Adeje. No hay mejor síntoma que su sonrisa al acabar para saber que está satisfecho con el trabajo realizado, y eso que no todo ha ido como la seda. De hecho, después de arrancar con un gran birdie en el hoyo 11, cometía doble bogey en el 12. Se repetía la historia de las últimas semanas: juego consistente, muy buenos golpes, muchas opciones de birdie y al primer error… el palo.

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Si los pares saben a bogey en este bello y divertido recorrido de Costa Adeje, se pueden imaginar cómo sienta un doble bogey. Más o menos como una estaca clavada directa en el corazón. Mucho más si una juega por la tarde y tienes marcado a fuego los resultados de la mañana. Sin embargo, Sebas ha sabido rehacerse de maravilla. Ha hecho birdie al siguiente y relanzaba la vuelta de manera espectacular con un tirazo en el hoyo 18, su noveno del día. La dejaba a dos metros para eagle.

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A partir de ahí, parcial de tres bajo par para una excelente tarjeta de 66 golpes. Hoy la batalla psicológica la ha ganado Sebas y buena parte de culpa la tiene Javier Herranz, su caddie, su amigo, casi su alter ego… Nadie conoce al madrileño de El Robledal mejor que Herranz y sabe perfectamente qué tecla hay que tocar para activar a su jefe, para hacerle reaccionar en un mal momento. Diríamos que con Javier no existen los malos momentos.

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¿Y cuál es su secreto? Ser una divertida y punzante mosca cojonera. No decimos que llegue a reírse de los malos golpes, pero desde luego es un maestro a la hora de desdramatizar este deporte, lo cual es oro puro. Sebas se sigue enfadando cuando un golpe no le sale, pero le dura medio minuto, el tiempo justo para que Herranz suelte el chascarillo.

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También tiene la habilidad de impedir que su jefe de ‘venga arriba’ con un buen golpe. Por ejemplo, en el hoyo 18, ese golpazo que dejaba a dos metros para eagle le soltaba: «hombre, buen golpe, buen golpe… yo lo que he visto es un pull en el que has tenido mucha suerte…». Y risas, muchas risas… Jugar al golf, hacer unos cuantos birdies y encima echarse unas risas. ¿Alguien puede pedir más? Es lo que consigue la dupla Sebas-Herranz.