El parcial de Jon Rahm en los últimos diez hoyos ha sido de cinco bajo par. Nadie, absolutamente nadie, ha jugado mejor que él en ese parcial. El ciclón de Barrika se desató justo después de cometer un dolorosísimo doble bogey en el hoyo 8 (el primero que comete en los tres años que lleva jugando este torneo). Cualquiera, conociendo el perfil de deportista de Jon, podría pensar: ya está, ha sacado a pasear toda la furia que lleva dentro y se ha puesto a descoser un golpe tras otros buscando todas las banderas…
La honestidad de Jon: al César lo que es del César y a Rory lo que es de Rory
El pensamiento lógico y legítimo a la vista del resultado es que Jon se ha visto contra la espada y la pared y ha encendido el modo agresivo para intentar recuperar terreno con el líder. No en vano, en ese instante, justo después del 8, estaba, precisamente, a ocho golpes de la cabeza. Podría dar la sensación de que el torneo se estaba escapando…
Sin embargo, nada más lejos de la realidad… El sorprendente pensamiento de Jon después de la puñalada, porque el doble bogey le ha sentado cuerno quemado, ha sido echarla al suelo, bajar las pulsaciones, activar el modo paciencia y prohibirse a sí mismo forzar las cosas. De hecho, lo que exactamente se ha dicho ha sido: “bueno, no vamos a buscar el birdie en el 9, sólo vamos a centrarnos en jugar un buen hoyo, vamos a dar buenos golpes y ya está…”.
Jon pone Dubai patas arriba con un final de ronda estratosférico
El resultado ya lo saben. Jon hizo birdie en el 9 pegando dos golpes muy buenos y embocando un gran putt de unos cuatro metros. El jugador bilbaíno ha reconocido después de firmar la tarjeta que ese hoyo 9 ha sido clave, casi más importante que el eagle que después lograría en el hoyo 18. No obstante, no fue tan importante por el birdie en sí mismo, no miren sólo el resultado, sino por la actitud con la que decidió afrontar la operación remontada. Su actuación en esos últimos hoyos ha sido extraordinaria, dejándose incluso algún golpe por el camino.
Campillo se marca un ‘aspersor en uno’ con retranca
Esta manera de pensar en el tee del hoyo 9 no es más que un reflejo de la maduración constante de este golfista. Hace tiempo que trabaja en este sentido y los resultados se ven en cada torneo. Sabe que tiene el potencial suficiente para que las cosas salgan sin necesidad de apretar la tuerca más de lo debido. Ha sido una furia tranquila, controlada, un león herido, pero no desatado, sino calculador. Un león, en definitiva, mucho más peligroso.
Aquí les dejamos las declaraciones de Jon tras la segunda ronda en Dubai
