Sergio García afronta este inicio de 2020 con una novedad muy importante. Por primera vez desde que es profesional no tiene un acuerdo con una marca de palos y, por tanto, no está obligado por contrato a jugar un equipamiento concreto. Es agente libre. Se ha hecho una bolsa a medida, con lo mejor de aquí y de allí en función de sus sensaciones. Ha sido, por tanto, un invierno más intenso, con más pruebas, más bolas en la cancha de prácticas, más tests.
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Esta nueva versión de Sergio García se debe a su ruptura con Callaway, marca con la que firmó en 2018 y con la que aún tenía contrato en vigor. Han decidido separar sus caminos a causa de la bola. El golfista de Borriol no terminaba de encontrarse a gusto con la pelota de Callaway y la firma americana le pedía expresamente jugarla para mantener el acuerdo. Finalmente, de manera amistosa, “con clase por ambas partes”, asegura García, han decidido romper la relación dejando la puerta abierta a un nuevo encuentro en el futuro.
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Sergio se muestra muy respetuoso con Callaway. “No quiero decir en ningún caso que sea una mala bola, simplemente es que yo no me encuentro a totalmente a gusto con ella, siento que no se adapta a lo que yo necesito. Mi objetivo era tener un material que me ofrezca las mínimas dudas posibles y a partir de ahí ya todo dependerá de mi juego y mi swing”, asegura. En definitiva, quería eliminar posibles factores externos que no le permitían jugar con toda la confianza necesaria.
La nueva bolsa de Sergio García
Así las cosas, Sergio ha pasado las Navidades probando material diferente. Ha tenido en sus manos hasta cuatro marcas distintas y finalmente ha apostado por una mezcla. Concretamente, el campeón del Masters 2017 va a jugar, de momento, el driver de PING, la madera 3 y 5 de Taylormade, los hierros de PING, los blades blueprint, los wedges Taylormade, el putter PING y la bola Titleist, la ProV 1.
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Es una situación nueva para Sergio, aunque se muestra muy tranquilo. Lo cierto es que nunca ha tenido problemas para adaptarse al nuevo material, ha ganado con todas las marcas que ha utilizado y muy pocas veces ha tenido algún problema para adaptarse lo nuevo que iban sacando las firmas. Hay que recordar que Sergio comenzó jugando Titleist durante su etapa amateur, después estuvo vinculado durante quince años con Taylormade y en 2018 y 2019 ha jugado Callaway.
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Habrá que ver qué ocurre a lo largo de 2020. Sergio no descarta, ya que no tiene obligación ninguna contractual, cambiar de palos en los próximos meses si encuentra algo con lo que aún esté más a gusto. Tampoco hay que descartar que a corto o medio plazo termine firmando con alguna marca. Obviamente, ahora mismo la mejor colocada sería PING, aunque de momento no hay nada avanzado en este sentido.
