Patrick Reed fue castigado el pasado viernes con dos golpes de penalidad por mejorar la posición de su bola en una zona arenosa durante la tercera ronda del Hero World Challenge de Bahamas. La imagen ha dado la vuelta al mundo. Se ve que el palo del norteamericano, en dos ocasiones, limpia la zona que está justo detrás de su bola durante dos swings de prueba consecutivos. La acción en sí ha sido muy polémica, pero lo que más ha molestado y ha provocado reacciones de todo tipo ha sido el intento de justificación de Reed.
Penalizan a Reed con dos golpes… y él culpa al ángulo de las cámaras
El norteamericano explicó a los periodistas poco después de conocer la sanción que no la compartía y que el problema era el ángulo de la cámara. Entendía que no estaba tan cerca de la bola como se percibe claramente en la toma de televisión. Este argumento ha desatado críticas feroces por parte de otros golfistas y, de paso, ha servido para poner a cien la Presidents Cup que se disputa esta semana en Australia.
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Marc Leishman y Cameron Smith no han dejado pasar la oportunidad para encender los ánimos de su público y buscar ventaja con lo sucedido con la vista puesta en el enfrentamiento frente a Estados Unidos en Royal Melbourne. Primero fue Leishman el que de manera más o menos velada señaló que lo sucedido ha abierto la puerta para que algún aficionado exaltado se lo pueda recordar durante el torneo. Sin embargo, el más explícito, quizá demasiado, ha sido su compatriota Cameron Smith, que debutará esta semana en la Presidents.
“Se puede entender que cometas un error una vez, pero la explicación que intentó dar sobre el ángulo de la cámara es algo inexcusable. No tengo simpatía por nadie que hace trampas. Espero que los aficionados se lo hagan saber durante la Presidents, no sólo a él, sino a todo el equipo norteamericano. Conozco muy bien a Patrick y siempre ha sido agradable conmigo, así que no quiero decir nada malo sobre él, pero si alguien hace trampas con la reglas, por ahí no paso…”, señaló.
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Ya se conoce que los aficionados australianos son especialmente bulliciosos, por lo que se espera que la semana no sea especialmente agradable para Patrick Reed, algo por otro lado a lo que está acostumbrado. Ya ha sido centro de las iras durante la Ryder después de mandar callar a los aficionados en la edición de 2014 en Gleneagles. Sea como fuere, a Reed no le importa demasiado el asunto. “no hay nada que puedan decir o hacer que realmente me pueda afectar cuando estoy jugando al golf, y mucho menos durante la Presidents. Juego por mi equipo y por mi país entero, así que nada me va a sacar de mi camino”, explicó.
