Lo sigue teniendo muy difícil el equipo Internacional, por no decir casi imposible, pues continúa abajo en el marcador después de la tercera jornada de la Presidents Cup, con un acumulado total de 11-7 a favor de la escuadra estadounidense. Hasta aquí el análisis general puro y frío de la situación…
Pero algo ha cambiado después de esta doble sesión de foursomes y fourballs, una tacada de ocho puntos en juego que los de Immelman han resuelto con un parcial de 5-3 a su favor, con ese último empujón del 3-1 en los fourballs vespertinos, resultado que además cristalizaba en los dos últimos partidos que quedaban en el campo, lo que todavía deja mejores sensaciones a quien viene remontando. En los tiempos que corren, y visto lo que ha ocurrido este sábado en Quail Hollow, podemos imaginar perfectamente el lema reinante en la cena sabatina de la escuadra internacional: atrévete a soñar.
Dos jugadores por encima del resto han agarrado el estandarte de la remontada con firmeza y fe, aunque todos seamos conscientes de que se trata de una labor de equipo en la que los actores secundarios tienen igual importancia. Han sido Cameron Davis y Tom Kim, pero especialmente este último. El primero, el australiano, jugando junto a su compatriota y referente Adam Scott, le daba él solito la vuelta al partido ante Horschel y Burns, finalizando con un eagle en el hoyo 16 y sendos birdies más en los hoyos 17 y 18, para terminar 1 arriba. Y el segundo, el joven coreano…
Él, Tom Kim, ha contagiado en el campo su determinación a todos y cada uno de los compañeros con los que viene jugando desde el jueves. Ganara o perdiera el partido en cuestión (y los ha jugado todos), siempre ha marchado con la frente alta y, cuando se pudiera, el puño en ristre y un grito de guerra en la garganta. Este jovencísimo coreano (tiene 20 años), que ha irrumpido en este 2022 en el olimpo del golf mundial como un huracán y que ha dado calabazas a LIV Golf sin mudar el gesto y con las ideas muy claras, es el mismo que hoy embocaba el putt decisivo de birdie en el 18 para acabar con la resistencia de la pareja más consistente del golf mundial en la actualidad, la formada por Cantlay y Schauffele.
Él, Tom Kim, ha llevado además el peso de la pareja internacional (jugaba junto a Si Woo Kim) en este duelo a cara de perro y era un eagle suyo en el hoyo 11, enchufándola desde más de quince metros, la confirmación de que los californianos hoy lo iban a pasar muy mal después de haber descansado en el turno matutino de los foursomes (vaya lujos que puede permitirse Davis Love III).
Kim gasta un swing pleno de ritmo, muy sólido, pero también la pasión exacerbada de un latino, él único en una escuadra hecha de complacientes coreanos, circunspectos y templados australianos, serios canadienses (muy serios) y un colombiano más bien introvertido, que ya es casualidad. Ocurra lo que ocurra mañana, gane o pierda el duelo individual, su debut en la Presidents habrá quedado marcado a fuego igualmente, porque no se ha basado sólo en su juego, o en los triunfos (de momento, ha ganado dos partidos y ha perdido otros dos), sino más bien en su manera de ser y estar. De luchar y de creer.
¿Y el domingo? La ventaja de cuatro puntos de los Estados Unidos hace muy difícil pensar en la remontada, pero la reacción internacional, el emocionante empuje de Kim, los latigazos de Davis y la mejora confirmada de un bastión como Scott, entre otras muchas cosas, han entreabierto las puertas al milagro.
(Y los miles y miles de aficionados norteamericanos que están abarrotando Quial Hollow toda la semana, tan contentos de asistir a una sesión de individuales con más chicha).
1. Tom Kim y Si Woo kim ganan por 1 arriba a Schauffele y Cantlay. Era el primer partido de los fourballs vespertinos, pero terminaban en penúltimo lugar, dada la igualdad (y lo muchísimo que sigue tardando Cantlay en jugar al bendito golf, si se permite la chanza). Ya han quedado descritas las bonanzas del joven Tom, pero apuntemos además que los coreanos sólo han liderado el duelo en dos hoyos. Justo al principio, en el hoyo 2, y luego en el 18, cuando de verdad cuenta y desarma al rival.
2. Spieth y Thomas ganan 4 y 3 a Matsuyama y Pendrith. Jordan Spieth ha tomado con fuerza las riendas de este partido, siendo esta vez el guía de su compañero casi en todo momento. Les sobran los recursos a estos dos estadounidenses, pero además se han encontrado en cada partido, sin excepción, a unos rivales que en la hora de la verdad, en los momentos decisivos, eran incapaces de apretar la soga, de llevarlos al límite. Han jugado muy bien durante toda la semana… Y además han tenido esa fortuna.
3. Im y Muñoz ganan por 3 y 2 a Kisner y Finau. Sensacional trabajo en equipo del colombiano y el coreano para ir minando la resistencia de unos rivales que tampoco han brillado en exceso. El primero dominaba las operaciones por los primeros nueve y el segundo por los segundos, impidiendo a Finau y Kisner mandar en el marcador en ningún momento.
4. Davis y Scott ganan por 1 arriba a Horschel y Burns. Sam Burns puede salir de Quail Hollow muy tocado, porque sigue sin ganar ningún partido después de haber jugado los cuatro primeros. Y eso que se ha hartado de hacer birdies y de llevar el peso del juego… Al final, se topaba con la tormenta Davis, que le daba la vuelta a un partido que en realidad nunca tuvo dueño, pues ninguna de los dos parejas ha llegado siquiera a ponerse nunca dos hoyos arriba.
