La segunda jornada del US Open se presenta más apacible. La bestia es la bestia, y eso no cambia, pero al menos no tendrá los esteroides añadidos del fuerte viento que sopló el jueves, con rachas que rozaron por momentos los 50 kilómetros por ahora.
El Blog de David Durán: Jon, en realidad no es exactamente así…
Hoy, a primera hora del día, apenas se sentía una ligera brisa en el rostro. Las condiciones son buenas. El sol brilla en todo lo alto. La predicción anuncia más o menos la mitad de viento que ayer. Las rachas más fuertes no superarán los 25 kilómetros y eso es, sin duda, una buena noticia para los jugadores. Eso sí, aunque no será una diferencia notable, sí se espera que sople un poco más por la mañana que por la tarde, mala pata El cielo alternará claros y nubes y hay una mínima posibilidad de precipitación, aunque nada importante.
La otra buena noticia es que los españoles están enteros y con ganas de pelea. La sensación esta mañana antes de salir a jugar la segunda ronda era unánime. Rafa Cabrera Bello, Sergio García y Jon Rahm jugaron mejor de lo que indica el resultado. Están convencidos de que pueden derrotar al monstruo.
Desde el cuartel de D.J. llegan malas noticias para el resto
La teoría indica que hoy habrá más vueltas bajo par, pero tampoco crean que Shinnecock va a regalar nada. Los greenes siguen estando duros y el rough no se ha convertido en una hermanita de la caridad de la noche al día.
Un dato que nos habla de la fiereza del recorrido de Long Island: El resultado global de la jornada sumando a todos los jugadores fue de +1089. En los últimos 20 años sólo ha habido en los majors una ronda más dura. Fue en el Open Championship de 1999 en Carnoustie. Entonces se hicieron +1141.
Sólo hay una cosa que Rafa podría reprocharse
Aquí os contamos desde Shinnecock Hills cómo arranca la segunda jornada…
