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Escribe Javier Erviti, caddie de Renato Paratore

Mi historia del año como nadie la vio: el paraguas de Mary Poppins

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Renato Paratore, en Celtic Manor en 2020. (© Golffile | Thos Caffrey)

Con Renato Paratore a tu lado es muy difícil que una semana sí y otra también no tengas una buena anécdota que contar. Es un jugador excepcional y como persona un diez, pero la verdad es que nos pasan muchas cosas, casi todas eso sí, muy divertidas.

En 2021 hemos vuelto a vivir situaciones de todo tipo, tanto dentro como fuera del campo de golf, pero en esta ocasión especial prefiero remontarme a 2020, ya que seguramente es la escena más surrealista y divertida que he vivido desde que estoy en los torneos profesionales.

Nos vamos a Celtic Manor. Año pasado. Hoyo 10. Día típico en Gales. No falla. Llueve y sopla el viento. Desagradable. Nos queda un segundo golpe a green bastante largo y justo antes de pegar se pone a llover. Vaya. Nada le gusta menos a Renato que la lluvia.

El golpe se cierra un poco y acaba en una zona fea, a la izquierda, muy cerca de un fuera de límites. Tan cerca está, de hecho, que no se ve muy bien si la bola está dentro o fuera del ‘out’, puede haber dudas. Obviamente, hay que llamar a un árbitro, así que le digo a Renato que se quede allí junto a la bola, tranquilo y me voy yo a buscar a un árbitro. Le dejo el paraguas.

Me meto entre los árboles y arbustos, tardo un poco, pero acabo encontrando al árbitro, ya va camino del hoyo 10 y yo me doy la vuelta para ir a donde está Renato. Conforme me acerco lo veo que está saltando un seto alto que estaba entre su bola y un lago, ahí a la izquierda del green. Me quedo alucinado, pensando de dónde podría venir y le pregunto que qué estaba haciendo…

El asunto es que se había ido al río a buscar su paraguas… No se le había ocurrido otra cosa que dejarlo abierto en el suelo mientras hacía swings de práctica concentrado en el golpe. Un paraguas abierto en el suelo en Gales, con el viento que hace allí, es un desastre asegurado.

Por supuesto, el viento cogió el paraguas y se lo llevó volando hasta el río como si fuera Mary Poppins… y Renato corriendo detrás de él para intentar que no cayera al agua. No lo consiguió. Nos quedamos sin paraguas para el resto de la vuelta. Esto en Gales no es una buena noticia.

El episodio fue tan cómico que Matthew Southgate, que jugaba con nosotros, no podía parar de reír y hasta sacó el móvil de su bolsa para inmortalizar el momento en un vídeo.

Por suerte, no nos llovió mucho aquel día, más allá de algún chubasco intermitente. Ahora lo recuerdo y es de las cosas más divertidas que me han pasado, pero en aquel momento, viendo a Renato saltando el seto de vuelta y el paraguas flotando sobre el río arrastrado por la corriente, no sabía dónde meterme.

Aquí tienen el vídeo que grabó Matthew Southgate…