Inicio Grandes Circuitos La excitante persecución de Cata hacia un Número Uno sin precedentes
La española anhela cazar esta primavera a Lindblad en el ranking mundial amateur

La excitante persecución de Cata hacia un Número Uno sin precedentes

Compartir
Cayetana Fernández
Cayetana Fernández García-Poggio, en el Mundial Amateur de Abu Dhabi.

En casi 13 años de vigencia del ranking mundial amateur, nunca una española se ha aupado al Número Uno. Desde febrero de 2011 existe este escalafón de las golfistas aficionadas y en este tiempo la gaditana María Parra sí logró encaramarse a la segunda posición del planeta, allá por 2015, aunque no llegó a conquistar la cima. Bueno, ella y Cayetana Fernández García-Poggio. La madrileña lleva meses en el segundo escalón de la clasificación, sólo por detrás de Ingrid Lindblad. Cata podía haber hecho historia este mismo diciembre si la sueca hubiera dado el paso de convertirse en profesional, como ha hecho la japonesa Saki Baba, hasta esta semana tercera del mundo hasta que ha elegido cambiar de estatus.

La española, que cruzó el charco el pasado verano para enrolarse en las filas de Texas A&M junto a su hermana Blanca, seguirá al menos unas semanas o unos meses más persiguiendo a la nórdica, que optó por finalizar sus estudios en Louisiana State, donde comparte equipo con Carla Tejedo, pese a ganar la segunda fase de la Escuela de la LPGA el 20 de octubre en Venice (Florida). La sueca ha preferido proseguir su camino como aficionada y no disputar la semana pasada la Final, donde consiguió un hueco en el Circuito Americano la malagueña Ana Peláez. Extrañó esa postura de Lindblad, pero ha elegido finalmente el camino de terminar la carrera y luego centrarse en su trayectoria profesional.

A Cata no le quita el sueño haberse quedado sin el goloso premio del Número Uno en este 2023; es más, le motiva la persecución y poder dar caza a la rubia nórdica en los próximos meses: «No sé por qué Lindblad no se ha hecho profesional. Lo único que se me ocurre es que quería seguir compitiendo en la universidad un año más o que intente ganar el Augusta National Women’s Amateur (ANWA) para clasificarse para los Grandes, no sé, puede haber muchas razones. Aunque siendo su último año de carrera, seguramente podría haberlo acabado online y dar el salto ya. De todas formas, voy a intentar conseguir el primer puesto del ranking mundial por mis propios méritos, siendo yo la que la supere», afirma la joven española, de vuelta en Madrid para pasar las vacaciones antes de regresar a Estados Unidos el 10 de enero. «Sé que tras el Mundial Amateur de Abu Dhabi me quedé a muy pocos puntos porque ella no jugó demasiado bien y yo sí. A Rose Zhang era imposible alcanzarla, pero de Lindblad no estoy tan lejos. Si hago un par de torneos buenos lo puedo conseguir en primavera», manifiesta.

La novata de las aggies ha ido cogiendo el tono a la NCAA con el paso de los meses desde que aterrizó en College Station (Texas) en agosto: «Estoy muy contenta, aunque al principio me costó bastante por los horarios, desde las seis en planta y entrenando hasta las siete de la tarde (en primavera me levantaré a las cinco), pero después de volver del Mundial de Abu Dhabi fue un cambio total y ya estaba más acostumbrada. Tengo muchas ganas de volver», confiesa Cata, feliz también con su rendimiento en Comunicación y que también se va habituando a la libertad en los entrenamientos que permiten los coaches: «Allí más o menos tú te organizas, no como en el Cetema».

Al principio, quizás atenazada por los nervios y por llegar a un sitio nuevo tan distinto, perdió distancia con el driver, aunque ese contratiempo ya ha quedado resuelto. Su balance de estos meses es bueno, pues en tres torneos fue 11ª (Carmel Cup), 35ª (Annika) y 12ª (Stephens Cup). «Está bien y he cumplido con las expectativas, aunque es verdad que fui con muchas aspiraciones al inicio», explica; «pero al principio cuesta soltarte», añade.

Comparte apartamento con su hermana, que eso siempre ayuda, y se da largos paseos por el campus e incluso ha echado algún que otro partidito de tenis con Blanca. De momento, al próximo año le pide un buen papel en el ANWA, donde acabó cuarta en su debut este año con un final apoteósico: «Es muy complicado ganar pero iré con esa idea, pero ante todo me marco el objetivo de pasar el corte y una vez que lo haces y estás en Augusta, son son 30 jugadoras y hay que ir a por todas».

Pero también tiene entre ceja y ceja un sueño que espera cumplir: ser campeona de la NCAA en el último año de su hermana en Texas A&M: «Sería muy bonito ganar con Blanca el Nacional; el título de conferencia está muy bien pero sobre todo la final porque si no lo hacemos este año, el siguiente va a ser muy complicado porque se van tres séniors (Jennie Park, Zoe Slaughter y Blanca Fernández) que son bastante buenas y cuantas más veteranas haya en el equipo, es más fácil porque están más acostumbradas a estos campeonatos», sostiene.

La subcampeona del mundo, siempre ambiciosa, evalúa con buena nota su 2023, aunque «hay algunas cosas mejorables». En cualquier caso, sus próximos meses van a ser excitantes, con la persecución del Número Uno del mundo, el ANWA, el Nacional de la NCAA… Habrá que estar atentos porque Cata va a por todas.