Inicio Grandes Circuitos La disciplina nipona del neozelandés Kazuma Kobori
El kiwi, vencedor del Western Amateur y del Mundial aficionado, busca otra gesta en Melbourne

La disciplina nipona del neozelandés Kazuma Kobori

Compartir
Kazuma Kobori
El neozelandés Kazuma Kobori, flamante ganador del Mundial Amateur.

Ni fiesta, ni tarta, ni velas, ni gaitas. Golf. Kazuma Kobori ha cumplido 22 añitos pero sus prioridades son otras. La celebración vendrá después, el domingo, y puede ser por todo lo alto. El neozelandés afronta el Asia-Pacific Amateur Championship (AAC) en el Royal Melbourne Golf Club, un torneo que nunca ha ganado un golfista kiwi y a por ello va el menor de la saga, cuya hermana, Momoka, compite en el Ladies European Tour.

La temporada está siendo de campanillas (aunque sólo sea vigésimo cuarto en el ranking mundial amateur) y puede redondearla con un triunfo en Australia para cerrar un curso impresionante tras varios triunfos de mucho prestigio que lo han consolidado como una de las rutilantes estrellas del golf aficionado: The Australian Amateur (una cita con 129 años de historia), el Western Amateur (otro evento de raigambre con 124 años) y el pasado sábado la corona individual el Mundial Amateur por Equipos celebrado en Abu Dhabi. Además, también estuvo arriba en la Escuela del Tour de Australasia, lo que significa que puede convertirse en profesional cuando quiera.

Sin embargo, el atractivo del AAC y las recompensas que ofrece a su ganador le han llevado a valorar en extender su carrera amateur, ya que el vencedor en Melbourne logrará el billete para el Masters y para The Open, siempre y cuando siga siendo aficionado, claro. ¿Qué hará Kazuma? Si no levanta la copa del Asia-Pacific Amateur Championship, se hará profesional la próxima semana; si la alza el domingo, conservará su condición amateur durante unos meses más, al menos para competir en Augusta.

Un par de días después de ganar, entre otros, al Número Uno y Dos del ranking mundial amateur, el sudafricano Christo Lamprecht y el estadounidense Gordon Sargent (esta semana se han intercambiado las posiciones y el yanqui ya es primero), en Abu Dhabi con una brillante ronda final de 65, Kobori sabía exactamente lo que tenía que hacer para ponerse a tono antes de la «semana más importante de mi carrera amateur».

«No voy a celebrar mi cumpleaños. Tengo un trabajo que hacer. Probablemente sea mi último AAC y espero terminarlo con una buena actuación en una de las semanas más importantes de mi carrera amateur», afirmó Kazuma, cuyos padres emigraron a Nueva Zelanda desde Japón cuando tenía cinco años. «Lo bueno del golf es que siempre hay un siguiente paso. A lo largo de los años he aprendido a no adelantarme demasiado. Es entonces cuando el juego puede cobrarte factura», prosigue; «fue increíble ganar el Mundial, pero ésta es una semana diferente. Hacía 36-37 grados centígrados en Abu Dhabi, y aquí en Melbourne hace frío y llueve. Y el campo de golf es muy diferente. Hay mucho que ajustar», subraya.

Ajustar es un verbo con el que se sienten familiarizados su hermana y él. Desde críos, ambos recibieron de sus padres la enseñanza de que la disciplina era la clave de todo lo que hacían. «Desde cosas como hacer nuestras camas en cuanto nos despertamos, limpiar platos y hacer nuestra propia colada… mis padres nos insistieron desde niños para que las hiciéramos. Es probablemente la mayor influencia de la cultura japonesa que tuvimos al crecer en Nueva Zelanda», asegura Kobori.

«Y eso también me ha ayudado en el campo de golf», continúa; «una de mis fortalezas es que soy muy minucioso con mis procesos y rutinas. Intento enfocarme sólo en mi próximo golpe. Trato de mantener la calma en el campo y creo que soy una persona muy disciplinada, aunque mi padre probablemente todavía esté en desacuerdo con eso», bromea.

Royal Melbourne será un desafío importante para el campo esta semana, pero hay poco que intimide a Kobori. Su padre, Ryozo, fue piloto profesional de motocross y Kazuma aprendió temprano que caerse era parte de la vida y el deporte. Lo más importante es levantarse y hacerlo de nuevo. «Me encanta el motocross, pero he dejado de hacerlo casi por completo para no sufrir ninguna lesión que afecte a mi golf», apunta Kazuma. «Creo que no hay nada en el mundo de lo que debas tener miedo. Tenía cinco años cuando nos mudamos a Nueva Zelanda, pero todavía recuerdo lo difícil que fue para mí porque no sabía inglés. Eso era aterrador para un niño. Al principio no tenía muchos amigos y poco a poco las cosas cambiaron. Si pude superar eso, puedo superar cualquier cosa», zanja Kobori, el neozelandés cuya disciplina nipona lo está impulsando a ser uno de los mejores amateurs del planeta y, quién sabe, si la próxima semana accederá al mundo profesional.