Cuenta un cuento que iban jugando por La Herrería un inglés, un norteamericano y un local. Nada más salir por el hoyo 1, el jugador inglés comentó que los rough en Inglaterra eran mucho más complicados. Dos hoyos más tarde el americano dijo que los greenes de su país eran mucho mejores y complicados también.
El jugador local esperó hasta que iban a pegar su segundo golpe en el hoyo 8 y muy orgulloso y convencido les dijo a los dos mientras señalaba con su dedo al Monasterio: «vuestros rough y vuestros greenes serán mucho mejores y mucho más complicados pero una Casa Club como esa no la tenéis ni de coña».
El local se había confundido no por decir que el Monasterio era la Casa Club, sino porque La Herrería es un auténtico campo de competición, con unas calles difícilmente mejorables, un rough a la altura de las circunstancias y unos greenes realmente buenos y pícaros de jugar, a lo que hay que sumar sus frondosos árboles que hacen que la bola al golpearlos suene como una metralleta en plena trinchera de guerra.
Así lo se está demostrando con los resultados de los jugadores del Madrid Challenge. El líder después de dos jornadas es -7 y el corte se fue por encima del par. Muchos jugadores de renombre no podrán jugar el fin de semana y muchos resultados abultados por debajo de la tabla.
Hoy, después de comer, hemos estado viendo desde la terraza que hay en la Casa Club, la de verdad, los partidos que llegaban al hoyo 7 (par 3) y a continuación salían por el hoyo 8 (par 5). Queríamos comprobar de primer mano cómo se desenvolvían los jugadores. Y he dicho «hemos» porque éramos muchos los socios que allí estábamos. Y es que La Herrería goza de un ambiente formidable, cómodo y agradable. Esto no es fácil de conseguir, pero entre socios y trabajadores se palpa el «buen rollo» que aquí disfrutamos. Comentábamos los putts, los drives, cada uno con su opinión, unas más técnicas y otras más graciosas, por supuesto en voz baja, para no molestar a los competidores. Todos mirábamos los resultados online o íbamos a la oficina del torneo para informar a mi amiga y socia Graciela Del Moral, hermana del gran Carlos, cómo fluctuaba el corte porque Carlos entraba y salía del mismo para poder jugar el fin de semana. Todo de corazón por parte de los socios y de los trabajadores que con su esfuerzo diario hacen posible que dispongamos de un campo y unas instalaciones de nivel, aunque para mí lo más importante es tener un ambiente de primera.
Para todos ellos, los socios y los trabajadores de este campo de color tan green, qué mejor receta para dedicarles que la Merluza en salsa verde con almejas y gambas.
¡¡Va por Ustedes!!
MERLUZA EN SALSA VERDE CON ALMEJAS Y GAMBAS
Para 4 personas:
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4 lomos de merluza de 150 g cada uno
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12 almejas
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12 gambas
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1 diente de ajo
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1 cucharada rasa de harina
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1/2 vasito de vino blanco
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1 y 1/2 vaso de agua o fumet de pescado
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aceite de oliva
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sal
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perejil
Picar finamente el ajo y dorarlo en una sartén con un chorrito de aceite. Añadir las gambas peladas y las almejas con la harina. Menear la cazuela. En cuanto doren las gambas, sacarlas y reservarlas.
Sazonar los lomos de merluza e introducirlos en la cazuela. Verter el vino blanco. Mover la cazuela y añadir un poco de perejil picado. Añadir el agua o fumet y cocinar durante 5 minutos aproximadamente.
Añadir las gambas, un poco más de perejil picado, remover deprisa para que ligue bien la salsa y servir.
* Javier Oyarbide (Premio Nacional de Gastronomía 2001), hijo de los fundadores de Príncipe de Viana y Zalacain, nació entre fogones y cacerolas. Emprendió su andadura en la hostelería en el año 1988 y lo compaginó con el catering desde mitad de los años 90, habiendo realizado y coordinado eventos de todo tipo, además de haber dirigido el Restaurante Zalacain (3 estrellas Michelín en la época que él allí estuvo) y siendo propietario y director de Príncipe de Viana. Es socio de La Herrería. – See more at: http://ten-golf.com/es/grandes-circuitos/challenge-tour/21438-blog-de-javier-oyarbide-sobre-golf-y-gastronomia.html#sthash.RxjGF8Gy.dpuf
