Viterbo está a unos 100 kilómetros al norte de la fastuosa Roma, donde a final de septiembre retumbarán los tambores de la Ryder Cup. Ahora, a comienzos de julio, se juega en el Golf Nazionale, en Viterbo, el denominado como Major del Challenge Tour. Los transalpinos, pura pasión, anhelan que Francesco Molinari juegue en el Marco Simone contra los yanquis, aunque su juego no esté siendo para tirar cohetes. De momento, se conforman con disfrutar con el regreso del golfista que rompió el techo de precocidad con su triunfo en el Circuito Europeo, que ganó tres veces más y cuyo nombre estaba llamado a hacer historia, hasta que se perdió en las tinieblas, se hundió y está luchando, ya maduro con 30 años, por recuperar su aura dorada.
Matteo Manassero (-16) vivirá un bello domingo en casa, con la hinchada azzurri volcada con él en pos de sumar en el Italian Challenge Open su segunda alegría de la temporada en la categoría y certificar su billete para el DP World Tour, su hábitat natural. El veronés tendrá que respirar hondo y que no le pueda la presión, aunque ayudará seguro su éxito reciente en Copenhague. Muy sólido, el italiano sólo sumó un bogey (15), su tercero en tres rondas, y supo aprovechar el inicio de la segunda vuelta con tres birdies que lo situaron con -17 antes del pequeño borrón.
Le vino bien el error en el 18 de Alex Fitzpatrick (-14), el principal oponente hasta el momento para el transalpino. El inglés, como unas castañuelas tras su clasificación para el Open el pasado martes, pinchó en dos ocasiones este sábado (tres bogeys en total en 54 hoyos, como Matteo) pero cinco birdies le permitieron firmar la misma tarjeta que el líder: 69. Igual que el alemán Marc Hammer (-13), tercero en solitario aunque azuzado por media docena de chacales con -12: Walker, Friedrichsen, Follett-Smith (ocho menos hizo hoy), Enefer, Chesters y Thomson. Todos ellos, lógicamente, tienen opciones de victoria.
Y quizás se encuentren demasiado lejos los españoles, pero ojo con ellos porque el Golf Nazionale ofrece la posibilidad de hacer vueltas muy bajas y cualquiera puede llegar por detrás y sorprender. Es el principal objetivo de Manu Elvira (-9) y Álvaro Quirós (-9), decimoterceros. El cántabro volvió a salir a flote, igual que en el Open de Bretaña, cuando se recuperó de un horrible 10 en la primera ronda. Esta vez empezó también con mal pie: bogey al 3 y doble bogey al 4. A remar. En lugar de bajar los brazos, Elvira, segundo en la Road to Mallorca, se puso en pie rápidamente para encadenar cinco birdies consecutivos entre el 5 y el 9. Sumó otros dos en el 13 y el 14, y arregló el fallo del 17 con un acierto más en el 18. Hizo -4 en el día y si no llega a ser por esos resbalones…
Aun así, el cántabro activará mañana el modo caza, como Quirós. El jugador de Guadiaro firmó su mejor tarjeta de la temporada (65) gracias a unos soberbios 10 primeros hoyos: birdies al 1, 2, 4, 5, 7, 8 y 10. Una secuencia fabulosa a la que añadió un birdie en el 18 y un solo fallo en el 12. Cierto que se encuentran a siete impactos del liderato, a cinco del segundo, a cuatro del tercero… pero insistimos en que al campo se le puede hacer un 64 o 65 y a ver qué pasa por delante.
Iván Cantero (-7) repitió otra notable ronda con cinco birdies y ningún bogey (el viernes se anotó cuatro y cero fallos). Comparte la 24ª plaza con Quim Vidal (-7), que limó hoy tres golpes al campo. Eduard Rousaud (-6) descarriló en la segunda vuelta tras ir con -3 en la primera y a Javier Sainz (-6) se le torció la vuelta en el 17 y 18 con sendos bogeys. Emilio Cuartero (-3) jugó bajo par.
