Sólo hay dos jugadores que hayan logrado jugar bajo par esta semana las dos rondas en el Club de Golf Alcanada. Uno se llama Marco Penge y el otro es un muchachito nacido en Cannes que firmaba tres bajo par en la primera jornada (terminada esta mañana) y que ganaba otros cuatro golpes al campo esta tarde para un total de menos siete. Tras los primeros 36 hoyos es líder de la Final del Challenge Tour empatado con el citado inglés y con tres golpes de distancia sobre sus perseguidores. ¿Su nombre? Apunte: Tom Vaillant.
Cuando te cruzas a este joven de 21 años y que apenas llega a los 170 centímetros, hay algo que te atrapa. Algo que te hace reír, pero que a la vez te hipnotiza. Que me perdone Vaillant pero en su aspecto nos recuerda al mítico inspector jefe Jacques Clouseau de los dibujos animados. Será su altura, será su bigote, será una mezcla de ambas.
Ahora bien, en el momento que Tom abre la boca parece como si llevara diez años en el Circuito. La procesión irá por dentro, pero por fuera, lo que es por fuera que se dice, ni medio asomo de titubeo: «Vengo a ganar el torneo, si eso me permite jugar el año que viene en el DP World Tour, bienvenido sea y si no, pues una experiencia que me llevo». Repetimos, 21 años. Su primera temporada en el Challenge. Mentalidad del que lleva diez años en el oficio. Cuando le preguntamos en Ten Golf sobre su espectacular vuelta de hoy contesta: «Me gusta jugar en estas condiciones, es duro, toca pelear cada golpe y esa es mi identidad: pelear, soy un luchador y eso es lo que voy a hacer el resto de la semana». Ya saben, pelear y pelear. El jugador francés ha tenido un año del trabajo de hormiguita. Sin victorias pero con una regularidad y una consistencia que asustan. Poco a poco. El año pasado se ganaba su tarjeta en el Challenge con dos victorias ¡seguidas! en el Alps Tour jugando esos torneos como amateur. Este año se ha labrado su posición con muchos pequeños logros. Con su liderato compartido en Alcudia se coloca décimo en la proyección de la Road to Mallorca. Llegaba en la posición 33ª.
La doble cara de Tom Vaillant: mentalidad de boxeador y una alegría que contagia. Animado y muy risueño. No se escucha un mala palabra sobre el francés. Discreto, pero sonriente, así le definen muchos entre bambalinas, «buena gente», añaden casi todos. Pero no es su sonrisa la que le ha traído hasta la segunda posición sino su gran juego y un swing con muuucho estilo. Bajito pero matón. Le pega duro para la altura que maneja. Determinación a borbotones.
Le preguntamos a Martin Couvra, la otra gran promesa francesa, sobre Vaillant y se le ilumina la cara: «Es mi mejor amigo, qué te voy a decir», añade divertido. «Se podrían destacar muchas cosas de Tom, es muy buen jugador, tiene una gran mentalidad en el campo pero si me quedo con una virtud diría que es muy consistente, comete pocos errores y que tiene muy pocos golpes malos. Eso sí, tiene mucha hambre y va a por todas», apuntilla su compañero de generación.
Carácter, alegría y encima personalidad como un camión. Desde que empezó a jugar él decidió que el guante no era lo suyo. Juega sin esa prenda. ¿Le vienen a la cabeza algún otro caso similar en la actualidad? Más allá de Lucas Glover y los míticos Lee Janzen y Fred Couples? A mí tampoco. Una rareza y curiosidad en todo caso. «No sé si es que soy muy sensible, pero me siento mucho más cómodo sin el guante. No los he usado nunca», reconoce riéndose. Ya no habrá modo de que no lo reconozcan: el boxeador Vaillant combate sin guante por los campos de golf.