Dean Burmester (-7) tiene una misión esta semana que va mucho más allá de ganar el Alfred Dunhill Championship, aunque pasa precisamente por eso, por ganar el Alfred Dunhill Championship. El golfista sudafricano ha llegado a Leopard Creek en el puesto 58º del ranking mundial y tiene esta semana para acabar el año en el top 50 del mundo y meterse, por tanto, en el Masters de Augusta. Su primer Masters de Augusta. Mucho más que ganar el Alfred Dunhill, pero todo pasa por ahí. Por ganar o por ser segundo en solitario, que también le valdría.
La operación Masters ha empezado viento en popa. Burmester es líder después de los primeros 18 hoyos. Ha entregado una tarjeta de 65 golpes, con ocho birdies y un bogey. Ha cimentado su resultado en los segundos nueve, un clásico en este campo ya que aquí se encuentran tres de los cuatro pares 5. Ha hecho 31 golpes por los segundos nueve y se ha encaramado a la primera plaza.
Burmester viene de ser quinto en el Open de Sudáfrica y ya sabe lo que significa ganar en su tierra. Lo hizo en 2017 en el Tshwane Open, seguramente uno de los torneos más pequeños que el DP World Tour ha celebrado en su tierra. Leopard Creek sería un salto de calidad. Otra cosa.
Su gran apertura de siete bajo par le permite disfrutar de un golpe de ventaja sobre Lucas Nemecz y dos sobre David Ravetto, Deon Germishyus, Darren Fichardt, Branden Grace y Jaco Ahlers. Una curiosa mezcla de talento joven (Ravetto y Germishuys) con asentada veteranía (Fichardt, Grace y Ahlers).
Paradójicamente, a Burmester no se le ha dado nada bien Leopard Creek. Quién sabe si con las modificaciones que se han hecho este año con el rough alrededor de las calles y los greenes, han cambiado su punto de vista y se siente más cómodo, pero lo cierto es que su hoja de servicios aquí ha sido bastante pobre. Ha jugado nueve veces y sólo en dos ocasiones pasó el corte (2015 y 2016). Su mejor resultado ha sido un undécimo. Lleva tres cortes fallados de manera consecutiva. La de hoy es, de largo, su mejor vuelta en el recorrido de Malelane. Hasta ahora 68 golpes había sido su tope.
Los otros dos jugadores que tienen opciones de meterse en el Masters de Augusta esta semana son Louis Oosthuizen (-2) y Thriston Lawrence (-3). No ha sido un mal arranque, pero tampoco para tirar cohetes. A Lawrence, ganador la semana pasada del Open de Sudáfrica, le ha estropeado la tarjeta el hoyo 18 con un doble bogey. Ay, el hoyo 18 de Leopard Creek, qué traicionero puede llegar a ser.
En cuanto a los españoles, el mejor de la tarde ha sido Alejandro Cañizares (-3), que ha igualado a Santi Tarrio y Jorge Campillo. Los tres comparten la decimoséptima posición, a un golpe del top 10. Cañizares marchaba +2 en el día después de ocho hoyos y ha reaccionado con parcial de cinco menos en los siete siguientes hoyos, incluido un gran birdie en el siempre complejo hoyo 9.
Además, Adrián Otaegui (-2) y Ángel Hidalgo (-1) han arrancado bajo par y dentro del corte provisional y Alejandro del Rey (+2) tendrá que remar para pasar el corte. El madrileño llegó a ponerse cuatro bajo par después de doce hoyos, pero una mala secuencia de bogey, doble bogey y triple bogey en los hoyos 4, 5 y 7 le han hecho mucho daño. Sea como fuere, una vez más Del Rey ha demostrado que tiene mucho birdie y que puede hacer muy pocas en este campo si consigue controlar los errores.
