La Revolución francesa de 1789 sirvió para cambiar la historia. Aquello supuso el final (de momento) del feudalismo y el absolutismo (primero en Francia y después se fue extendiendo a otras partes de Europa), sentó las bases de la democracia moderna y marcó el comienzo de la Edad Contemporánea. Este jueves en Dubai se ha puesto en marcha otra revolución francesa, de bastante menor calado que la de hace 234 años, pero muy significativa si hablamos de golf.
Los galos Julien Guerrier (-5) y Matthieu Pavon (-5) lideran el DP World Tour Championship junto al danés Nicolai Hojgaard (-5), con un golpe de ventaja sobre el sueco Jens Dantorp, el polaco Adrian Meronk y el, claro, también francés, Antoine Rozner (-4). Es decir, tres franceses entre los cuatro primeros de la Final de Dubai. Sí, así es, se trata de la espoleta de una gran revolución. Nunca el golf francés ha ganado la gran fiesta final del Circuito Europeo. Nunca es nunca. Ni desde 2009 que se disputa en Jumeirah, ni entre 1988 y 2008 cuando fue el Volvo Masters de Valderrama. En los 35 años que se ha disputado esta final del Circuito Europeo han ganado golfistas de doce países diferentes, pero nunca un francés. ¿Será en 2023? La puesta en escena ha sido prácticamente inmejorable.
La mala noticia para los hombres que se cuadran al escuchar la Marsellesa es que la clasificación está muy apretada, más de treinta jugadores en apenas cinco golpes, y que por ahí están auténticos depredadores del golf como el propio Nicolai Hojgaard, Meronk, Fleetwood (-3), Tom Kim (-3), Hovland (-3), MacIntyre (-3), Hatton (-2), Olesen (-2), Min Woo Lee (-1), McIlroy (-1), Rahm (PAR) o Lowry (PAR). Por citar únicamente algunos nombres. Está genial empezar el torneo con este paso militar, pero esta semana más que nunca, debido al enorme nivel que hay, toca jugar bien los cuatro días. Vamos, que queda mucha tela que cortar.
Ha sido un día peliagudo de golf en el Earth course de Jumeirah. Algunos jugadores han admitido que han visto banderas que les ha sorprendido por su dificultad, sobre todo, teniendo en cuenta que los greenes están bastante duros. Lugares muy inaccesibles para pegar hierros medios o largos a green. Si a esto le unimos el viento, que, sin ser un vendaval, ha soplado con generosidad y, especialmente, ha dificultado muchísimo el final del recorrido, los hoyos 16, 17 y 18. Ahí soplaba en contra y tocaba apretar los dientes.
En cuanto a los españoles, Adrián Otaegui (-1) es el mejor colocado, puesto decimoquinto. El donostiarra lamentaba su bogey en el último hoyo del día después de una jornada muy trabajada. Están lejos de la cabeza, pero tampoco es un mundo, y mucho menos con 54 hoyos por delante. Al par tenemos a tres unidades, Jon Rahm, Jorge Campillo y Pablo Larrazábal, todos ellos dispuestos a dar un zarpazo en los próximos días, con un juego por encima de su situación clasificatoria. Quien ya sí se ha quedado sin margen de error es Nacho Elvira (+5), que cierra la clasificación. En cualquier caso, hay mucha tela que cortar y mucho por lo que luchar. Se le puede dar la vuelta aún a la semana.