«Me lo he pasado teta», asegura con su maravillosa naturalidad Ángel Hidalgo poco antes de apretar el botón de grabar en la cámara. Es lo contrario al postureo. Han pasado más de 20 minutos desde que acabó en el green del hoyo 18 y aún está con una sonrisa en la boca. «En cuanto llegue a casa voy a ponerme la retransmisión de Canal Plus y le voy a dar para atrás para ver todos los golpes», afirma feliz a Ten Golf. Prueba superada. No era un día fácil para Hidalgo y lo ha solventado con una nota muy alta.
Había tensión y muchos nervios en el tee del 1. No era para menos. Por primera vez en su carrera, a sus 24 años, este malagueño de la prolífica cantera de Guadalmina, se enfrentaba a su primer partido estelar un sábado en el DP World Tour. Lo hacía además en casa, rodeado de toda su gente y en un campo como Valderrama, que no es precisamente una perita en dulce por mucho que se esté jugando con las condiciones más fáciles de siempre. La descomposición en estos minutos previos a pegar el primer golpe estaba más que justificada. «No sabía ni cómo pegar el driver… y mira que es un golpe en teoría fácil para mí, al fade», reconocía.
Superado ese primer golpe, Hidalgo ha mostrado al mundo, para aquellos que aún no lo conocieran, qué tipo de jugador es. Derrocha garra, entusiasmo y compromiso en cada golpe. Juega al 200 por ciento y lo transmite con una expresividad fabulosa. Es un jugador que contagia, que apetece ver, que vale la entrada que se paga. Se mete en líos, sale de ellos, pega golpazos, patea de escándalo, comete errores, los arregla…Vibrar.
Hoy ha hecho 70 golpes, bajo par, y ha dejado algunos momentos únicos para el espectador. Será muy difícil borrar de la retina ese hoyo 9, esa liada y ese par final antológico. Cómo lo ha celebrado. Cómo se lo ha pasado. Repaso rápido: su salida se iba muy a la izquierda y quedaba tapado por un alcornoque. Su segundo golpe, buscando casi un ‘hook’ desde rough, ha salido más alto de la cuenta y ha pegado de lleno cuanto una rama/tronco. La bola ha salido directa para atrás y se ha dejado un tercer golpe de más de 170 metros, desde la explanada que separa el 9 del 1 y con una jauría de alcornoques por delante relamiéndose. Su hierro 6 desde ahí ha sido grandioso. La ha dejado justo fuera de green, a la altura de la bandera, a la derecha, en el primer corte de rough… y ha metido el putt. Se caía Valderrama.
Ha pegado tiros muy buenos, como los dos últimos hierros en el 17 y en el 18. En el primero no recibía el premio del putt, pero sí el segundo. Más puño. Más celebración encendida. Qué gozada.
Hidalgo ha superado con nota la prueba. Ha jugado bajo par y sigue en la pelea por la victoria, aunque la ventaja de Adrián Otaegui es mayúscula. Seis golpes son un mundo, pero todo puede ocurrir en Valderrama. De lo que no hay ninguna duda es de que Ángel las va a luchar todas como si le fuera la vida en ello. Es su manera de jugar al golf. Es su manera de transmitir. No tengan duda de que esta noche, al calor de pinta en algún bar inglés de Liverpool, habrá un par de aficionados hablando de él… A este chico le han cogido la matrícula para bien. «Me encantaría verlo en una Ryder Cup porque estoy seguro de que sería un espectáculo», asegura su entrenador Juan Ochoa… Y tanto, y tanto.
