Hace 80 días Ludvig Aberg (-4) era un jugador amateur. Hoy es ya casi una súper estrella. La meteórica irrupción de este golfista sueco sigue escribiendo fabulosos capítulos. El último ha sido este jueves en la primera jornada del BMW PGA Championship, apenas cuatro días después de lograr su primera victoria en el DP World Tour y tres más tarde de viajar a Roma junto al resto del equipo europeo para ir preparando su debut en la Ryder Cup. Vuelva por encima de las nubes, pero se ríe del vértigo.
Pónganse en situación. 8.40 de la mañana, hora de Londres. Tee del 1 del West course de Wentworth. Atestado de público. Varias filas de gente a los dos lados de la calle para ver salir su partido. A su derecha, Rory McIlroy. A su izquierda, Viktor Hovland. Y él, en el centro de los focos. La palabra presión se queda muy corta. Cinco horas después entrega una tarjeta de 68 golpes en su primera ronda oficial en este campo. Siete birdies. Gana a Hovland por un golpe y a McIlroy por cuarto. Se mete arriba a las primeras de cambio, a sólo dos golpes del primer líder Richie Ramsay (-6).
Aberg no deja de asombrar. Y lo más impresionante es que no ha sido una ronda fácil, ni rodada, ni mucho menos ha ido como la seda. Más bien al contrario, ha comenzado atrancado, seguramente por los nervios, sin cazar calle, luchando hasta la última gota de sudor y recuperando casi en cada hoyo. Ha fallado tres de las primeras cuatro calles y tres de los primeros seis greenes. Y aún así ha pasado por el hoyo 6 con un parcial de -1. Ha firmado tres recuperaciones extraordinarias en los hoyos 1, 2 y 6 y ha conseguido un birdie de libro en el 4, cazando el green de dos en el primer par 5 del recorrido.
Esos tres pares salvados al inicio, con toda la tensión de su debut en el torneo más importante del DP World Tour, tienen casi más valor que la exuberante racha de cinco birdies consecutivos que ha rubricados entre los hoyos 11 y 15. Ha pegado un tirazo en el 11 que se ha dejado el birdie casi dado y desde ahí se ha puesto a levitar, con los hierros y con el putt.
Aberg no es ya el líder del BMW PGA Championship en su primer intento por culpa de un grueso error desde el tee en el 17. Ha perdido la bola, ha tenido que pegar una segunda desde el tee y ha vuelto a fallar mucho por la derecha. Ha terminado con un doble bogey. Sin embargo, de nuevo, lo más importante no es tanto ese error como el hecho de firmar el birdie en el 18, otra vez cazando el green de dos, para terminar. Del mismo modo que tienen mucho valor los cinco birdies seguidos después del bogey tonto que ha cometido en el 9, fallando un putt de menos de un metro. Sabe sufrir y sabe reponerse de maravilla a los errores.
Por cierto, se habla mucho de la posible pareja que podría formar con Hovland en la Ryder Cup. Los dos han comentado sobre este asunto. Pues bien, si hoy hubieran jugado un fourball, habrían hecho nueve bajo par. No tiene mala pinta.
Hablando de Ryder, buena puesta en escena también de Tommy Fleetwood (-3) y Shane Lowry (-3), que han jugado juntos. Tampoco ha estado mal Sepp Straka (-2). Curiosamente, el que más ha sufrido de los seis que jugaron por la mañana, ha sido Rory McIlroy (PAR). El norirlandés se ha dejado gran parte de su resultado en los pares 5. Apenas ha firmado un parcial de uno bajo par en los cuatro. Sólo ha hecho birdie en el 18, a pesar de que ha cazado la calle en el 12 y 17. No ha estado fino hoy con lo hierros el Número 2 del mundo.
En cuanto a los españoles que ya han terminado, muy buen comienzo de Adrián Otaegui (-3). El golfista de San Sebastián ha certificado su resultado en unos siete últimos hoyos sensacionales, con un parcial de cinco menos. Ha hecho birdie en el 12, 13, 14 y 17. El único putt de media distancia que ha tenido que meter en esta gran secuencia ha sido en el 14, desde algo más de cuatro metros.
