No hay boda que se precie que no te acabe colando en algún momento la canción del caballo. Ya saben, aquella que más o menos viene a decir: «el caballo camina pa’lante, el caballo camina pa’trás…» y así en bucle hasta unas 723 veces. Los animados convidados, al menos los que no son de piedra, ejecutan como puede el baile que básicamente consiste en ir hacia adelante y hacia atrás al ritmo que marca el cantante. No es física cuántica. Se acaba haciendo.
Pues bien, el moving day del Czech Masters ha sido una perfecta escenificación de esta popular coreografía, al menos en lo que se refiere a este largo sprint final que nos queda hasta el cierre de la clasificación para la Ryder Cup. Hay tantos jugadores implicados en esta maravillosa batalla por las últimas plazas que, claro, unas veces unos parecen más metidos en el equipo y otras veces esos mismos parecen estar más fuera. Lo peligroso del baile es creer que cada movimiento es definitivo. Por eso, conviene ir con pies de plomo.
Luke Donald y su equipo harán una valoración de lo que hagan todos sus candidatos después del Czech Masters y el Omega European Masters de la próxima semana. Será entonces cuando de verdad valoren quién sigue en pie y quién se ha caído del caballo. Ahora mismo es aventurarse demasiado. Cierto es que la tercera jornada de Praga ha dejado a algunos golfistas tocados y a otros, sin embargo, los ha sacado del letargo, pero de ahí a llegar a conclusiones definitivas, media un abismo.
Así que, vamos por partes. Jugadores que han quedado algo tocados después de los 18 hoyos de este sábado: Adrian Meronk (-3), que ha hecho 77 golpes, y Alexander Björk (-10), que ha hecho 75. El sueco ha perdido la compañía del capitán y hoy ha perdido el oremus. Pero claro, incluso aquí conviene hacer una distinción. Björk necesita hacer mucho más que Meronk para meterse en la Ryder, básicamente por lo que han demostrado en los últimos meses y en las citas más importantes. Meronk es uno de los grandes favoritos a las elecciones de Donald y Björk era algo así como un outsider, con opciones, sí, pero obligado a derribar la puerta. Digamos que Meronk la tiene entre abierta y aún debe darle un último empujón. El polaco tiene más margen de error. Aquí también podíamos meter a Ludvig Aberg (-11), que necesitaba algo realmente muy especial para ser considerado realmente para Roma y hoy se ha dejado un trecho con sus 71 golpes.
Después del escalón de tocados, habría otro de jugadores que hoy han perdido una oportunidad, aunque tampoco sea algo definitivo. Ahí están Rasmus Hojgaard (6), que hoy ha hecho 70 golpes, Victor Perez (-10), que también ha firmado 70 e incluso Yannick Paul (-11), que ha acabado con 69. Tenían la opción de dar un golpe sobre la mesa y no lo han hecho, pero eso no significa que se hayan quedado descolgados. Tienen margen para reengancharse, desde mañana a lo que ocurra en Suiza la próxima semana. Tranquilidad. El caballo camina pa’lante y el caballo camina pa’trás. Perspectiva en el análisis.
En ese capítulo de jugadores que aún pueden dar un paso adelante tenemos que meter a Pablo Larrazábal (-8), que hoy no ha estado mal (68 golpes), aunque le hace falta una marcha más para ganar la quiniela de la Ryder, al igual que Jorge Campillo (-9), que ha firmado 69 golpes. Diríamos si nos ponemos puntillosos, que a Jorge le hace falta un poco más que a Pablo, pero están ahí ahí.
El cuarto grupo de jugadores pertenece a los que hoy han dado un serio paso adelante, lo que no significa que mañana, o la semana que viene, se puedan caer del caballo. Son Thorbjorn Olesen (-12), hoy 65 golpes, la mejor vuelta del día, Antoine Rozner (-12), hoy 67, Robert MacIntyre (-11), hoy 66 y Nicolai Hojgaard (-15), vuelta de 69 el sábado. El escocés ha conseguido arreglar el desaguisado de ayer con el cuádruple bogey en el 16. El caballo camina pa’lante, el caballo camina pa’trás. Otro inciso en este grupo. Olesen, Nicolai o MacIntyre tienen que hacer mucho menos que Rozner para convencer al capitán.
Y en el último grupo están aquellos que en cierto modo hoy han conseguido salir del letargo en el que estaban. Son jugadores son nombre y potencial que había quedado fuera del radar por sus actuaciones en los últimos tiempos. Aquí están Matt Wallace (-16) y Francesco Molinari (-11), la gran sorpresa de este sábado, con una tarjeta de 67 golpes y metido incluso en la pelea por la victoria. La diferencia entre estos dos es también importante.
A Francesco se le quiere meter con calzador, pero algo tiene que dar, ojo a lo que pueda hacer mañana, mientras que Wallace es de los que también tiene que derribar la puerta. Sí, ganó el Corales Puntacana en el PGA Tour en marzo, pero no ha jugado nunca la Ryder Cup y sus resultados desde entonces han sido mediocres. Ha jugado 13 torneos, ha fallado seis cortes y su mejor resultado fue un 28º en el Valero Texas, también en marzo. Ha venido a Praga y Suiza a meterse en el Radar de Donald, ya que estaba fuera, y de momento lo está consiguiendo. Aún tiene que hacer muchas cosas.
En mitad de esta sensacional pelea, se está dirimiendo la victoria en un torneo del DP World Tour. Las historias van casi entrelazadas. Los líderes a falta de 18 hoyos son Matt Wallace (-16) y Sami Valimaki (-16). A un golpe está Nicolai Hojgaard (-15) y a dos se ha colocado Will Besseling (-14). Ya con -13 en la quinta posición se amontonan Fabrizio Zanotti, Nick Bachem, Ryo Hisatsune, Max Schmitt y Todd Clements. Todo puede ocurrir y pase lo que pase seguiremos cantando el caballo camina pa’lante, el caballo camina pa’trás.
