Que sí, que lo normal es que no, pero y si sí… Y si al final resulta que Andy Sullivan (-21), amo y señor del English Championship con cinco golpes de ventaja sobre Steven Brown (-16) y seis sobre Adrián Otaegui (-15), Dean Burmester (-15) y Brandon Stone (-15), tiene este domingo el día tonto. No lo parece, no hay señal ni nada parecido de que eso pueda ocurrir, pero no sería la primera ni la última vez que sucede en golf, un bendito deporte en el que todo está bajo control hasta que deja de estarlo. Y entre un instante y otro lo más que ha pasado, a lo mejor, es el vuelo de una mosca.
Otaegui conquista un nuevo hito y se mete en la pelea por todo
Por eso, Adrián Otaegui, situado en la primera línea del escuadrón que persigue a Sullivan, pretende rubricar la mejor vuelta posible en la última ronda en el Hanbury Manor Golf Course y esperar acontecimientos. Hoy se ha dejado la piel para darse esa oportunidad con una tarjeta de 67 golpes. Se lo ha ganado a pulso. Ha peleado como un jabato y ha sacado relucir su putt cuando más falta le ha hecho. El momento clave de su ronda ha sido el hoyo 10. La salida se le quedó en una situación incómoda, con poco espacio en el golpe a green por la presencia imponente de un árbol. Adrián vio el hueco, pequeño, y lo intentó, pero la bola se estrelló contra el árbol y fue hacia atrás. Tocaba el tercer golpe en este par cuatro desde más lejos de donde estaba pegando el segundo. La puso en green, a doce metros del hoyo, y metió el putt. Espectacular. Un par antológico de los que saben a birdie y que le ha permitido mantener el ritmo de la vuelta.
Un motor de 56 años con el reprís de Hamilton
A partir de ahí ha terminado con dos birdies, uno en el 12 y otro sensacional en el 17, pegando un golpe bajo para regatear a un árbol, esta vez sí, y dejarse un putt de tres metros que ha metido por todo el centro. Aún podía haber hecho algún birdie más con buenas opciones en el 13 y en el 16, donde ha estado a punto de embocar desde la arena. Ha necesitado sólo 26 putts, el gran compañero de viaje en esta ronda para colarse en el penúltimo partido del día junto a Brandon Stone.
Obviamente, todo está en manos de Sullivan. El inglés tiene medio trofeo en el bolsillo, pero aún debe rematar la faena para conquistar el otro medio. Ha ganado tres veces en el European Tour, pero hace cinco años de eso. Ha jugado una Ryder Cup, pero hace cuatro años de eso. Veremos si la ansiedad por volver a levantar un trofeo tanto tiempo después no le juega una mala pasada. Desde luego, todo va a depender fundamentalmente de la presión que le puedan meter por detrás sus rivales. Si alguno es capaz de colocarse a dos golpes a falta de nueve hoyos, aún habrá partido. Ese es el objetivo de Otaegui.
Aros que escupen como una cancha callejera de Brooklyn
Hubo un buen rato en esta tercera ronda del English Championship donde pareció que Alejandro Cañizares (-11) también se iba a sumar al escuadrón anti-Sullivan. El andaluz llegó a ponerse -13 con nueve hoyos por delante, pero un doble bogey en el 12, un hoyo claro de birdie, lo ha frenado en seco. Le ha costado en los nueve segundos hoyos y se ha quedado sin opciones de victoria. Aún así, todavía tiene mucho por lo que pelear. Al fin y al cabo la segunda plaza está a solo cinco golpes.
Expulsado un jugador del English Championship por saltarse la burbuja
El resto de españoles, Miguel Ángel Jiménez, Emilio Cuartero y Pablo Larrazábal han sufrido un día del movimiento horroroso. En un campo donde el birdie está a la orden del día, cualquier vuelta sobre el par supone un enorme retroceso.