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Pablo Larrazábal lidera un Estrella Damm Andalucía Masters con cara de US Open

¿Se puede ser ramplón y gallo en Valderrama al mismo tiempo?

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Pablo Larrazábal, durante la segunda ronda del Estrella Damm Andalucía Masters. (© Golffile | Oisín Keniry)

En fútbol tenemos la escuela de Menotti y la de Bilardo. La de Guardiola y la de Mourinho. La de Cruyff y la de Simeone. Son conceptos antagónicos (aunque no crean que tanto) de un mismo deporte que buscan idéntico objetivo: la victoria. Horas y horas de tertulia se han quemado con la dicotomía entre el ‘jogo bonito’ o la efectividad. Ganar por lo civil o lo criminal o imponer el estilo y la estética. ¿Alguna vez pensaron que este debate que ha cerrado tantas y tantas cantinas de madrugada en España se podría extrapolar al golf?

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Pues sí. Hoy Pablo Larrazábal (-1) lo ha puesto sobre la mesa tras firmar una tarjeta de 70 golpes y colocarse en la segunda posición tras la segunda ronda del Estrella Damm Andalucía Masters. Está a dos golpes del líder, el norteamericano John Catlin (-3), famoso en este regreso de la competición tras el confinamiento porque fue expulsado de un torneo en la gira británica por salir a cenar fuer de su hotel y saltarse la burbuja. Larrazábal, empatado con Jamie Donaldson y Connor Syme, asegura que está brillando en Valderrama con un juego ramplón. La definición ha sido suya, aunque después la ha matizado y, simplemente, lo ha calificado como feo.

Pablo se refiere a no pegar una bola alta y majestuosa que mansa y educada se para a un metro del agujero para birdie. Habla de tirar una pelota baja, a colocar en la calle, a ponerla en juego y poco más, sin buscar el artificio o el vuelo precioso y preciso. Se refiere a jugar con el campo, con sus contornos, con el lado bueno al que se puede fallar, con ser efectivo y, sobre todo, evitar los errores grandes. En definitiva, está hablando de jugar al golf, de jugar el campo. De saber adaptarse al terreno y sus circunstancias. ¿De verdad eso puede ser feo?

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Cada uno tendrá su opinión, por supuesto, pero al final la cuestión es hacer menos golpes que los demás, lo mismo da cómo se hayan hecho. Igual no has pegado un drive de 320 metros al centro de la calle, o un hierro 4 a las nubes para frenarla en tres metros a dos palmos del hoyo, pero en golf hay mucho más que eso… ¿O no ha sido maravillosa la sacada imposible de búnker de Larrazábal en el hoyo 15, a un metro del hoyo? ¿O no ha sido bonito su wedge en el 13 a metro y medio del agujero? ¿O el chip desde el rough en el hoyo 12 para dejarla dada? Eso también es ‘jogo bonito’…

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Y ahí está también la grandeza de Valderrama. Porque aquí se puede ganar de esas dos formas. Miren si no la lista de campeones estéticos y que pegan a la bola de cine, tipo Sergio García, Justin Rose, Nick Faldo por ejemplo, y después pongan enfrente a Soren Kjeldsen, Graeme McDowell, Ian Poulter o Padraig Harrington, golfistas que también sometieron al recorrido de Valderrama, pero con otras armas.

En el golf, como en el fútbol, y en general como en la vida, lo más importante es tener muy claras cuáles son tus mejores armas y exprimirlas al máximo. Y de eso Larrazábal y sus cinco victorias en el European Tour saben un rato. De ramplón, lo que se dice ramplón, el liderato de Pablo no tiene nada.

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Valderrama ha vuelto a jugarse muy duro este viernes. No ha soplado tanto como el jueves, pero los greenes están durísimos y cinco o diez kilómetros por hora más o menos en este rincón de Sotogrande no cambian tanto la película. Quedan tres jugadores bajo par y todos con -1. El top ten se ha cerrado en +2 y el corte ha llegado hasta +8. Esto, señoras y señores, es un test de máxima categoría. Se lo pueden preguntar hoy a Jorge Campillo (+5), a quien Valderrama le ha dado un fuerte revolcón con una vuelta de 78 golpes. Lo bueno es que aún está metido en la pelea por ganar. Si consigue levantarse y limpiarse las heridas, nadie debería descartarlo aún para la victoria. Qué son seis golpes en un campo como Valderrama.

Entre los nombres que hay que marcar en rojo en la clasificación, más allá de los españoles, están los de Soren Kjeldsen (+1), Martin Kaymer (+2), Thomas Detry (+3), Bernd Wiesberger (+4), Sami Valimaki (+4), Joost Luiten (+6), Lee Westwood (+7), Thorborn Olesen (+7) o Robert MacIntyre (+7). Realmente, todos los que han pasado el corte tienen opciones de victoria.

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Hay que decir que los españoles han respondido de maravilla a la dureza de Valderrama. De los 21 que empezaron, nada menos que doce han logrado meterse en el fin de semana: Pablo Larrazábal (-1), Alejandro Cañizares (+1), Álvaro Quirós (+3), Gonzalo Fernández Castaño (+5), Nacho Elvira (+5), Pedro Oriol (+5), Jorge Campillo (+5), Sebastián García Rodríguez (+5), Carlos Pigem (+5), Pep Anglés (+5), Adrián Otaegui (+6), Alfredo García Heredia (+7).

Han pasado el corte un total de 77 jugadores. Si hubieran sido 78 o más se habría producido un segundo corte el sábado. Los partidos saldrán de tres en tres el sábado y el domingo.

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