Santi Tarrio (-6) ha entregado hoy su segunda tarjeta de 69 golpes en el Abu Dhabi HSBC Golf Championship y mira a los ojos a la parte más alta de la clasificación. Está decimosexto a cuatro golpes de la pareja italiana de líderes formada por Francesco Molinari y Guido Migliozzi, ambos con -10.
Un bogey en apenas 36 hoyos, un momento de zozobra salvado con un putt ‘fallado’ y una cita con un viejo fantasma este sábado en ‘Old Trafford’. Todo esto, nada menos, resume lo que ha vivido hoy el golfista gallego.
Santi se siente a gusto con el swing. Quizá los hierros no los está dejando tan cerca de las banderas como le gustaría, pero su ‘viejo’ driver sigue siendo un fiel amigo, el putt está recuperando poco a poco su mejor versión y en líneas generales su golf progresa adecuadamente en este inicio de temporada. Está contento, pero cauto. Y es que mañana tiene una cita clave…
«Mi gran objetivo este fin de semana es disfrutar. Es lo que me he propuesto este año y no me quiero salir de ese raíl. Todo pasa por no caer en los fantasmas del año pasado y uno de ellos son los sábados. No se me han dado nada bien», asegura Tarrio.
No le falta razón. Rascamos en los datos. En los últimos 22 torneos que ha jugado en los que ha disputado al menos tres vueltas (se cuenta toda la temporada pasada y lo que llevamos de esta), el sábado firmó el peor registro en 12 ocasiones, más de la mitad de las veces. La media de golpes es como el algodón, nunca engaña. Su media de golpes en 2022 fue de 70,98 y el sábado ascendió a 72,27. Peor están las cosas en este curso. Su media es de 71,71 en las pocas semanas que llevamos y el sábado se dispara a 75.
Lógico es por tanto que Santi prefiera ser precavido cuando se trata de analizar lo que viene por delante. «A ver, estamos en Old Trafford y al descanso vamos ganando por dos a cero, pero 90 minutos en Old Trafford son muy largos, casi tanto como en el Bernabéu…», señala con su habitual sentido del humor.
Respecto a la vuelta de hoy, jugada en condiciones más duras, por la tarde y con un viento curioso, Tarrio ha sabido defenderse más que bien. Hubo un momento en el que parecía que se le podían complicar las cosas, pero fue capaz de tirar de las riendas, un poco por actitud y otro poco por una pizca de suerte. En el hoyo 18 hacía el único bogey de la semana con un tripateo. Tiró el primero desde ocho metros, se quedo dos corto y se le escapó por el borde.
Acto seguido, en el hoyo 1 (empezó por el 10), tiró un putt de birdie de unos cuatro metros y se pasó uno y medio. Tensión. Lo metió. Se le volvió a marchar uno de birdie corto en el 2, de metro y medio, y en el 3 se enfrentó a un delicado putt de casi seis metros para par después del primer y único green fallado en todo el día. «Hicimos la lectura de la caída, lo veíamos justo al borde izquierdo, le pegué un manotazo hacia la derecha y acabó entrando… Me puse a andar antes porque me parecía imposible que entrara con la caída contraria…», explica. Cosas que pasan.
Este putt le dio un nuevo impulso y acabó pegando muy buenos golpes, como en el hoyo 8, donde hizo birdie, o en el 7, cazando el green de dos. Precisamente, tanto en el 7 como en el 9 acabó con dos putts desde muy lejos, más de veinte metros cada uno, muy buenos.
