El largo y dulce romance entre George Coetzee (-16) y el Portugal Masters ha terminado al fin en boda. El sudafricano ha gobernado con mano de hierro en guante de seda la jornada final para conquistar su quinta victoria en el circuito europeo, la primera lejos del continente africano. Desde la primera vez que vino a jugar este torneo, allá por el año 2011, se sintió especialmente a gusto en el Dom Pedro Victoria Golf de Vilamoura, tal y como siempre ha declarado. Había coqueteado con el triunfo varias veces y casi parecía cuestión de tiempo que lo consiguiera, aunque ya se sabe que el golf, en este sentido, no siempre es justo, generoso ni condescendiente.
Un Expediente X impulsa a Coetzee al liderato y a Sebas a la lista de candidatos
Coetzee ha dominado desde todos los registros. Primero, manteniéndose paciente cuando la vuelta no terminaba de arrancar y había fallado un putt muy cortito de birdie en el hoyo 2. Acto seguido, embocando dos putts consecutivos de birdie bastante largos para marcar la diferencia (hoyos 7 y 8) y, casi al mismo tiempo, poniendo en juego alrededor de los greenes ese toque sutil que él tiene desde el rough para sacar adelante dos recuperaciones muy delicadas (hoyos 6 y 9).
Un reseteo clave cocinado durante una pertinente ‘parada en boxes’
Por los segundos nueve, más de lo mismo: solventaba sin aparente dificultad las situaciones complicadas y alternaba hoyos y golpes fantásticos (en el par 3 del 16, por ejemplo, pegaba un tirazo definitivo), pateando en todo momento con un control y una finura de gran campeón. Ni siquiera le ha hecho falta un gran acierto desde el tee, con el driver en las manos, tal es la cantidad de recursos de que dispone. En este sentido, el sudafricano nos muestra ese perfil de jugón, casi a la vieja usanza, aunque también haga valer una gran potencia, por ejemplo para pegar con naturalidad extraordinarios golpes del rough. Seguro que la procesión iba por dentro (al fin y al cabo llevaba más de dos años y medio sin ganar en el circuito europeo), pero el caso es que es un placer verlo moverse por el campo, sin atisbo ninguno de crispación. La actitud también cuenta, seguro, a la hora de tirar esos putts tan finos…
Pasen y vean en el Portugal Masters algunas cosas curiosas…
Algo lejos se quedaba el ataque profundo de Tommy Fleetwood (-13), que de todas maneras ha tenido tiempo de dejar su sello en el torneo, firmando la mejor tarjeta del domingo (64) para terminar en una notable tercera posición. Seamos claros: a pesar del despliegue de Coetzee, da la sensación de que Fleetwood no ha ganado esta semana por culpa de un buen puñado de putts de birdie de corta y media distancia que ha dejado escapar (siete u ocho, por lo menos) durante el fin de semana.
Sebastián García Rodríguez (-10) ha sido el mejor español en el Algarve portugués, aunque se quedara demasiado pronto descolgado de la lucha por el triunfo. Y el caso es que había conseguido producir un arranque muy potente, con tres birdies en el primer tercio de la vuelta que lo arrimaban muy rápido a la cabeza, pero sendos bogeys en los pares 3 de los primeros nueve, lo dejaban estancado y luego ya no era capaz de regresar con el brío necesario.
En Portugal andan casi todos con dos lagrimones en los ojos…
No obstante, su semana ha sido consistente. Muy buena. Sebas vuelve a demostrarse a sí mismo que tiene entidad más que suficiente para inscribirse más pronto que tarde en el club de ganadores del circuito europeo. Este verano lo ha saldado con tres top ten y, aunque es cierto que aún le falta consistencia y sigue fallando demasiados cortes, es cuestión ya de detalles que pueda culminar con éxito alguna intrépida aventura.
Mucho antes de que el madrileño entregara su tarjeta, Jorge Campillo (-9) y Gonzalo Fernández Castaño (-8), con tarjetas de 66 y 68 golpes, ya habían dado un interesante paso al frente, sobre todo el extremeño, que finalmente se metía en el top ten del torneo.