Fátima Fernández Cano se lo pasó en grande el sábado en la Lalla Meryem Cup. Estaba como una niña con zapatos nuevos en el Blue course del Royal Golf Dar es Salam. Casi dos años más tarde volvía a estar peleando por la victoria en los últimos 18 hoyos de un torneo. Fue a por todas, sin mirar atrás, y no salió. Pero no se arrepiente de nada. Anda todavía un poco oxidada aquí y allá, pero la ambición y el hambre siguen intactas.
Fátima acabó tercera en Marruecos en el tercer torneo de la temporada del Ladies European Tour. Se ha colocado décima en el orden de mérito del circuito europeo y ha ascendido más de setecientos puestos en el ranking mundial para colocarse de nuevo en el top 500, justo donde estaba antes de parar por la lesión en el brazo. Ojo, apenas ha necesitado dos torneos para situarse donde estaba hace diez meses.
Fátima está de vuelta, ya lo hemos dicho. Y ella lo confirma. Sus hierros, tras un semana de trabajo intenso en Fuerteventura, vuelven a ser los que eran, cazadores de trapo. Está contenta con el juego y con el resultado, pero advierte de que aún falta pulir su mejor arma. «Me ha costado pegarle bien desde el tee esta semana, sobre todo el primer día. El jueves por la tarde me fui a la cancha de prácticas y me encontré más cómoda. Viernes y sábado fue mejor, pero casi con un drive que podríamos llamar de emergencia, al fade, casi a colocar, sin mucha distancia. Aún no le estoy pegando al driver como yo le pego», asegura a Ten Golf.
El driver siempre ha sido el mejor palo de la golfista gallega de 28 años. Va muy largo y muy recta. Eso es lo que toca ajustar los próximos días antes de dar el salto a Estados Unidos para poner en marcha la temporada americana. Primero jugará la semana que viene el Aramco Team Series de Florida, en Tampa, torneo del Ladies European Tour para el que había recibido una invitación (se habría clasificado por su tercer puesto en Marruecos) y después disputará dos torneos del Epson Tour (circuito satélite del LPGA), en Longwood y Jacksonville. A partir de ahí, casi un mes de descanso y después, dos opciones: si entra en el Aramco de Corea viajará a Asia y si se queda fuera disputará un par de torneos del Epson. Calendario intenso con el objetivo principal de recuperar la tarjeta del LPGA Tour, ya sea por la vía europea o a través de la segunda división americana.
De todo lo que ocurrió en Marruecos, Fátima se queda con la actitud. «Me gustó porque jugué valiente y a bandera en los últimos hoyos. Quería apretar para darme una opción. En el 17 y 18 cayeron dos bogeys porque fui a por el birdie. El 17 es un hoyo difícil porque es un par 3 de híbrido y en el 18 decidí pegar drive para tener un palo corto y poder atacar, pero se me quedó injugable en el búnker. No salió, pero no me arrepiento. Estoy pegando muy bien, me lo he pasado súper bien estando arriba otra vez y toca seguir mejorando y jugando, que llevaba mucho tiempo sin competir», asegura.
Por cierto, en el Aramco de Tampa estará también Teresa Toscano, que se clasificó después del top 10 cosechado en Rabat.