Un palo de golf o una caña de pescar. Son los dos utensilios que más tiene entre sus manos Cameron Smith. Estrella del deporte y apasionado de lanzar el anzuelo al agua. También disfruta con una buena cerveza en la mano…
El australiano, tras un buen descanso, vuelve al ruedo. El vigente número cuatro mundial cuajó un 2022 excelente, con triunfos en el Sentry, The Players y The Open antes de su salto en agosto a LIV Golf, donde también amarró un triunfo en Chicago.
Smith compite desde este jueves al domingo en el Saudi Invitational, primera y principal competición del Asian Tour, y, siendo el mejor exponente de los rebeldes del nuevo circuito, pasó por los micrófonos de la organización este miércoles. El aussie contó varias chanzas sobre la famosa Jarra de Clarete que se lleva el ganador del British Open. Desde luego, la copa no aguantaría un test de alcoholemia después de pasar por las manos de los familiares y amigos de melenudo jugador.
Se llevó Smith la copa a su club nada más llegar a Australia y dio la casualidad de que era la noche de los trofeos: «Fue un poco agitado», recuerda entre risas. «Ha sido increíble. La he llevado a todas partes conmigo. He intentado ponerle todos los líquidos que se pueden poner. Fue divertido en Navidad, la familia bebiendo de ella fue algo que nunca olvidaré», rememora.
No duda cuando le preguntan qué líquido, damos por hecho que con alcohol, sabe mejor: «Probablemente un 4X Gold. Soy un gran tipo de Brisbane, así que no puedes pasar de la cerveza local», dice sin dudar. Al menos, desde hace dos meses ya cuenta con una réplica porque la original iba a acabar a este paso en cualquier esquina de un bar de Queensland o en una playa australiana: «Intento mantener la buena bajo llave… Es verdad que verla te motiva para ser mejor jugador».
Cambiando de tercio, Smith augura (otro pitoniso como Phil Mickelson) un pronto final al ranking mundial. Él es uno de los damnificados de que los torneos de LIV sigan sin puntuar en la clasificación, pero no parece que eso vaya a suceder porque es el principal sistema de calificación para acceder a los Grandes, aunque el australiano, de momento, no tendrá problemas por su excelso 2022. «He tratado de no tomarme tan mal que no podamos sumar puntos en los torneos de LIV. Cuando llegas a un torneo, sabes a quién tienes que vencer, tanto si hay una clasificación mundial como si no. Es cierto que duele porque estuve muy cerca de llegar al número uno, y lo quería conseguir, pero cuanto más tiempo pase, más obsoletas se volverán esas clasificaciones». De momento, están más vigentes que nunca y no tiene pinta de que cambie el panorama a medio plazo.
