El LPGA, el circuito femenino de golf más importante del mundo, se prepara ya para regresar después de varios meses de inactividad y cancelaciones provocadas por la pandemia del COVID-19. Y lo hace con un completo protocolo de actuación que aplicará desde su primer torneo, el LPGA Drive On Championship, al que ha tenido acceso Ten-Golf.
Todas las jugadoras y sus caddies tendrán que someterse a un test de saliva en sus domicilios dentro de los siete días previos a su viaje a Ohio, donde se disputa el torneo. Tendrán que repetirlo los días 27 ó 28 de julio, ya en el Inverness Club de Toledo, sede del evento, con el objetivo de que los resultados estén disponibles antes de que comience la primera ronda.
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Para ayudar a las participantes con sus planes de viaje, el LPGA recuerda los planes de cuarentena vigentes en Estados Unidos: cualquier persona que viaje desde el exterior al país que acoge el torneo debe llegar 14 días antes de presentarse a los test. En el caso del LPGA Drive On Championship la fecha límite, por tanto, será el 7 de julio a las 17.00, hora de la costa este.
No estará permitida la presencia de invitados (familiares, entrenadores, etc) en el torneo. Y los intérpretes, en caso de ser necesarios, tendrán que ser aprobados por el director de operaciones del circuito. En cuanto al alojamiento, el circuito recomienda el hotel Renaissance para jugadores y caddies, en Ohio, donde tendrá disponibles 100 habitaciones. Y todos los participantes deberán permanecer en los hoteles designados por el LPGA para el torneo.
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El circuito femenino ya calienta motores para su regreso y espera hacerlo con los mayores niveles posibles de seguridad. Evitar contagios y que la competición pueda continuar, aunque sea de momento sin aficionados en los campos, es prioritario para la viabilidad del circuito y para el futuro de las jugadoras.
