La tormenta del sábado en East Lake provocó una situación atípica en la gran batalla final por ganar la FedEx Cup. El domingo se tuvo que salir temprano para acabar la tercera jornada y acto seguido, con muy poco margen, los golfistas salieron a jugar la cuarta ronda. El partido estelar, con Rory McIlroy y Scottie Scheffler, tuvo unas tres horas de margen entre ambas mangas. ¿Qué hicieron en ese tiempo? Charlar…
Es una de las intrahistorias que se han desvelado después de la victoria de McIlroy en la FedEx Cup. Nada más terminar la tercera ronda los dos jugadores coincidieron en la misma mesa reponiendo fuerzas para los últimos 18 hoyos. Aunque el golf nos haya acostumbrado a estas escenas, no deja de ser llamativa la peculiaridad de este deporte. Los dos grandes rivales compartiendo mesa y mantel antes de pelear por el título.
Lo más curioso es el contenido de la conversación, de la que fueron entrando y saliendo otros jugadores como Collin Morikawa, Jon Rahm o Patrick Cantlay. Scheffler se interesó por Dubai, por saber más cosas de cómo es aquello y, fundamentalmente Rory y Morikawa, le estuvieron describiendo el emirato y hablando de turismo y restaurantes. «No hablamos nada de golf ni de dinero», puntualizó Rory. La pregunta que surge al instante: ¿será esta conversación un síntoma de que Scheffler se está planteando jugar la Final de Dubai o el Desert Classic del año que viene? El DP World Tour se frota las manos ante esa posibilidad. Veremos…
No fue la única charla que mantuvieron este domingo. Hablaron también nada más acabar el torneo, a los pocos segundos de confirmarse la remontada de McIlroy. «Entiendo lo mal que se puede sentir Scottie por no ganar, pero tengo claro que va a tener más oportunidades de ganar la FedEx en el futuro. Es un gran jugador y una persona excepcional. Me encanta él y su familia. Al acabar le dije que esta no era más que una batalla de las muchas que vamos a tener en el futuro y que, de momento, vamos 1 a 1 en Georgia. Él ganó el Masters y yo aquí. A ver si desempatamos el próximo mes de abril», explicó Rory.
La final de la FedEx Cup da para mucho y este año no ha sido menos. En el capítulo de otras intrahistorias, McIlroy reconoció que la victoria del joven Tom Kim en el Wyndham Championship hace tres semanas después de empezar el torneo con un cuádruple bogey fue una inspiración decisiva. «Tengo que darle las gracias a Tom. Me acordé mucho de él después de que el jueves arrancara el torneo con un triple bogey y un bogey en los dos primeros hoyos. Me vino a la cabeza lo que hizo él y me ayudó», admite.
McIlroy fue también cristalino en cuanto a sus pensamientos durante la ronda final. «Sinceramente, tras acabar la tercera jornada con dos birdies pensé que podía tener una oportunidad, pero al ver cómo terminó Scottie y que estaba a seis golpes, estaba convencido de que no había nada que hacer. Por suerte, me metí en el partido estelar y al menos pude ver de primera mano cómo estaba Scheffler y las opciones que tenía. Después de ver su tripateo en el 1 y un mal drive en el 4, un golpe muy poco habitual en Scottie, pensé que podía tener una opción. Igual no era su día. Mi objetivo era llegar a los nueve últimos hoyos a tres golpes y, por suerte, en el tee del 10 estábamos empatados», explicó.
En cuanto al golpe del hoyo 16, su approach desde el fondo de green que tocó la bandera, Rory fue muy sincero. «Tuve mucha suerte. La bola salió mucho más rápida de lo que pensaba, pero afortunadamente tocó la bandera y se quedó más cerca. Después, aproveché ese momento y metí el putt. Ese instante y el putt del hoyo 15, bastante inesperado, fueron cruciales», señaló.
