Han pasado muchas cosas en la tercera jornada del Travelers Championship. La primera de todas es que el agua ha sido como un maná caído del cielo que ha convertido los golpes en birdies. Por qué lo llaman moving day cuando en realidad es birdie day. Ha sido una batalla contra el reloj y contra los nervios. Los pares eran bogeys y los birdies simplemente valían para empatar el partido. Viviendo al borde de un ataque de nervios durante 18 hoyos.
Poco, muy poco ha faltado para que hoy en el TPC River Highlands de Connecticut se haya visto un 59. El canto de un duro. Vean: Rickie Fowler ha hecho 60 golpes, Patrick Cantlay ha firmado 61… Un total de 67 jugadores pasaron el corte y apenas once han jugado sobre par. Un festival. Calles receptivas, greenes receptivos y los mejores jugadores del mundo. No había otra manera de resolver este cóctel.
Keegan Bradley (-21) ha logrado resistir a los ataques que han ido soltando unos y otros. Se ha mantenido en el liderato con otro vueltón de 64. No había tutía. A un golpe está Chez Reavie (-20), que ha aguantado arriba también con un tarjetón de 63 golpes. No existía otra vía. Son los favoritos al triunfo, aunque a la vista de cómo se las gasta el campo, mañana tendrán que jugar una vez más muy bien para no ser superados por la derecha. Preparen a un ganador más allá de -25… No hay otra. O sucede algo raro, o así será.
Obviamente, queda mucha tela que cortar aún a la vista de esos vueltones. Metan en el saco de candidatos a Cantlay (-16), Fowler (-15), Adam Scott (-15) o Denny McCarthy (-15). Eso sí, están todos en manos de Bradley y Reavie. En cuanto ellos hagan una vuelta de cuatro o cinco menos, a los demás se les pone imposible.
La otra noticia que nos deja la tercera ronda del Travelers es el ‘regreso’ de Justin Thomas. El de Kentucky ha hecho 62 golpes y se colocado con -14, incluso con una opción de ganar. Hoy se ha quitado varias mochilas de encima. Lo necesitaba. Veremos si es flor de un día o ha conseguido cambiar la dinámica. También con -14 está Scottie Scheffler, al que parece que no le va a dar, pero que nunca deja de estar ahí. El golfista más ‘jartible’ del momento. Espectacular.
