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Keegan Bradley comparte una historia extraordinaria sobre su deseo de ganar la Ryder Cup

Una maleta sin deshacer once años después

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Un equipaje sin deshacer once años después. Parece el inicio de un cuento de misterio, aunque en realidad de misterioso tiene bastante poco el asunto. No hay que ser ningún genio de la inteligencia emocional para saber que a Keegan Bradley le ha sentado a cuerno quemado quedarse fuera del equipo de Estados Unidos de la Ryder Cup de Italia. La llamada de Zach Johnson ofreciéndole las explicaciones de su ausencia fueron como una puñalada.

Por si aún les quedaba alguna duda del deseo y la ilusión de Bradley por estar en Roma, ha sido el propio jugador el que ha compartido una historia extraordinaria en sus redes sociales. Hay que remontarse a 2012, unas horas después de la Ryder Cup de Medinah, en Chicago. Keegan regresaba a casa todavía con los ojos abiertos como platos, incrédulo y hundido por la histórica remontada de la Europa de José María Olazábal en los individuales del domingo. Dejó su equipaje en la habitación y se hizo una promesa: «no desharé esta maleta hasta que vuelva a ganar la Ryder Cup».

Bradley compartió este miércoles la imagen de la maleta de aquella Ryder con sus iniciales grabadas y sin deshacer y ha contado la historia. «Este es mi equipaje de 2012 aún sin abrir desde aquel domingo. Me prometí no hacerlo hasta ganar de nuevo la Ryder. Aquella semana cambió para siempre mi manera de ver el golf. De pronto, la Ryder se convirtió en algo muy importante para mí. De aquella semana guardo muchos recuerdos, algunos de los más bonitos y también algunos de los más oscuros de mi carrera. Estoy orgulloso de cuánto me he esforzado por meterme en el equipo algo de una década después. Pero no debía ser así. El apoyo que he recibido ha sido impresionante, pero es el momento de animar al equipo de Estados Unidos. Lo estaré viendo por televisión y me dejaré el alma apoyándolos. Go USA».

Por si tenían alguna duda de cuánto le importa la Ryder Cup a Keegan Bradley. La ha jugado en dos ocasiones, 2012 en Medinah y 2014 en Gleneagles, y en ambas ganó en Europa. En la primera se clasificó, mientras que en la segunda fue elegido por Tom Watson. Su balance en 2012 fue de tres victorias (una de ellas por 7 y 6 con Mickelson frente a Westwood y Donald en un forusome) y una sola derrota, en el individual ante Rory McIlroy, y en 2014 jugó tres puntos, ganó el fourball, perdió el foursome, también con Mickelson, y volvió a caer en el individual ante Jamie Donaldson. Precisamente, el galés dio el punto de la victoria a la Europa de Paul McGinley.