Inicio Grandes Circuitos PGA Tour Koepka y Spieth recogen con solvencia el guante de DJ
Sergio García arranca con una discreta vuelta de 72 golpes

Koepka y Spieth recogen con solvencia el guante de DJ

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Brooks Koepka. © Golffile | Scott Halleran
Brooks Koepka. © Golffile | Scott Halleran

La primera jornada del Genesis Invitational ha sido un canto al buen estado de forma. Los jugadores que venían a Los Ángeles subidos en la cresta de la ola han saldado el primer compromiso con nota. Ahí arriba están ya Patrick Cantlay (-4), Dustin Johnson (-3), Brooks Koepka (-3) o Jordan Spieth (-3). Todos estos nombres han estado revoloteando alrededor de los trofeos en las últimas semanas. Alguno incluso ha picado.

Dustin Johnson ejerce el mando en Riviera sin despeinarse

No obstante, sería injusto no empezar esta crónica con el líder, el norteamericano Sam Burns (-7). Es de ley. Se lo ha ganado en el campo, con nada menos que siete birdies y un eagle, cuidado. Lo ha hecho, además, jugando por la tarde, con lo que se demuestra a las primeras de cambio que el campo está tan bien preparado y los greenes tan firmes y duros que ni siquiera el paso de los diferentes partidos perjudica al turno de tarde. No sólo Burns está arriba, también Max Homa (-5), Scottie Scheffler (-4), Tyler McCumber (-4), Alex Noren (-4) o Jason Kokrak (-4) han enseñado la patita de entre los que salieron a jugar pasado el mediodía.

Rahm se deja una buena parte del botín en los greenes

Burns es un jugador que ya ha demostrado en multitud de ocasiones que no tiene vértigo cuando se sube a una montaña rusa de birdies. Es capaz de volar muy bajo y seguir apretando. De eso no cabe ninguna duda. Eso sí, aún le queda demostrarlo cada día y especialmente los fines de semana. Por eso no ha ganado aún. Ha estados en el top 5 tras los primeros 18 hoyos en cuatro torneos desde que empezó la temporada. Nadie lo mejora. Arranca bien la jugada, construye con calidad y eficacia, pero le falta remate… Al menos hasta ahora.

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Koepka y Spieth han recogido con naturalidad y solvencia el guante lanzado por Dustin Johnson por la mañana. Saben que al rey de Riviera hay que atarlo en corto y eso han hecho con un muy buen despliegue. Han sido de maneras bien diferentes. Spieth ha fallado poco, mientras que Koepka ha hecho muchos birdies. El campeón del Phoenix Open bien podría haber terminado más arriba de no ser por algún que otro putt muy corto que se le ha escapado, caso del 18 y el 14. Eso sí, nada que deba sorprender en Riviera. Es un clásico en este recorrido, igual que las películas de Hollywood que se han grabado en él. Hay que decir que a Koepka se le ha visto especialmente incisivo.

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La tarde nos ha dejado también un desfile de decepciones. Rory McIlroy (+2) ha tenido uno de esos días suyos de atasco. No le terminaba de salir nada. Ha tenido un día para olvidar con los hierros y lo ha pagado con mucho borrón en su tarjeta. Mientras, Justin Thomas (+6) ha vivido un calvario en los greenes. Cuatro putts se marcó en el hoyo 8 y tres en el 17, como si hubiera recochineo. Sólo una machada lo podría meter en el fin de semana. Si alguien lo puede hacer es él.

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También ha sufrido Bryson DeChambeau (+4) y se merece un punto y aparte. Señores de la USGA y del Royal and Ancient hagan el favor de echar un vistazo a Riviera cuando les vuelva a entrar la nerviosera por los drives largos. Denle dos vueltas al asunto antes de matar moscas a cañonazos. No todo es alargar campos y recortar las capacidades del material. Echen un vistazo a trazados como el de esta semana o Valderrama… ¿Y si la auténtica pelota de la distancia está en el tejado de los diseñadores?

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Sergio arranca con una vuelta de +1

Sergio García (+1) ha comenzado con una vuelta de 72 golpes y está justo fuera de corte. La realidad es que no ha conseguido meter ni un solo putt. Y no, no es una manera de hablar. Ha hecho un eagle embocando una sacada de búnker prodigiosa en el hoyo 10 y un birdie en el 11 metiendo un putt de medio metro. Pare usted de contar. No ha jugado peor que otros que marchan tres o cuatro bajo, pero es obligatorio tener algo más de acierto en los greenes para codearse con los de arriba. Es cierto que no ha cogido muchas calles, pero no se ha metido en grandes líos. No ha conseguido dejarlas muy cerca, pero tampoco parece pedir demasiado que de vez en cuando entre un putt de cuatro, cinco, seis o siete metros… Aunque sólo sea de vez en cuando.

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