No es aconsejable desearle el mal a nadie, pero entiéndase: tampoco es ninguna tragedia que los mejores jugadores del mundo, en su primera gran cita anual, el Waste Management Phoenix Open, se encuentren de entrada unas condiciones de juego realmente complicadas. Le pone picante al asunto. Así ha ocurrido en el TPC Scottsdale, en una primera jornada que precisamente se ha visto retrasada en su inicio (no ha podido acabarse) por culpa de las bajas temperaturas que habían dejado tieso el campo durante la noche y primeras horas de la mañana.
No obstante, hay que ser justos. Puestos a que las condiciones sean duras, que lo sean para todos, en la medida de lo posible. Y no ha sido así. Qué le vamos a hacer, la relación entre el golf y la equidad no es exactamente mala, pero pasa por sus picos tempestuosos… En esta ocasión los que han pagado un precio más alto han sido los del turno matutino de juego, que se encontraban unos greenes duros como piedras. Y por ese lado del cuadro han marchado hoy tipos como Rory McIlroy (+2), Collin Morikawa (+2), Patrick Cantlay (+2) o Cameron Young (+2), todos ellos candidatos al triunfo por nombre, peso, dignidad y gobierno que a las primeras de cambio se han quedado muy lejos de la cabeza del torneo, exactamente a siete golpes.
¿Los descartamos ya para la victoria? Mejor será esperar, pero como mínimo hay que reconocer que ya lo tienen muy crudo. Es cierto, ellos no han tenido suerte, pero señálese asimismo, en honor a la verdad, que los líderes, los canadienses Nick Taylor (-5) y Adam Hadwin (-5), también salían a jugar en el turno matutino. Taylor, sin ir más lejos, lo hacía once minutos después que Rory. Y a Xander Schauffele (-4), por ejemplo, tampoco le ha ido muy mal por ese lado del cuadro. Es verdad que sólo catorce jugadores del turno matutino conseguían ganarle al campo, pero también lo es que era posible jugar bajo.
Tampoco es que se estuvieran repartiendo caramelos a las puertas del Stadium course en el turno vespertino, pues el campo seguía mostrándose fiero, pero es cierto que teníamos a 21 jugadores por debajo del par en el momento de la suspensión por falta de luz. Mañana por la mañana serán ellos los que tengan que terminar y entonces se podrá hacer una evaluación más exacta de cómo está el torneo. Jon Rahm (-3), entre otros como Jason Day (-4) o Max Homa (-3), son de los que todavía aspiran, incluso, a dar caza a los líderes. Veremos cuánto o cómo hiela por la noche, si es que llega a hacerlo, y por tanto cómo están los greenes.