Patrick Cantlay (y las bicicletas) son para el verano

Les proponemos un ejercicio sencillo, pero revelador. Cojan un papel y un lápiz y escriban en una lista la cantidad de cosas que tienen que pasar a lo largo de una temporada para que un jugador acabe llegando a la gran Final de la FedEx Cup en el primer puesto del ranking.

Que si ganar aquí o allá, que no haya lesiones, que no aparezca otro jugador inspirado que te pase por la derecha, que el putt que tiene que caer, caiga, que la bola que no se tiene que ir al agua, no se vaya, que la balanza de botes buenos y malos del año caiga de tu lado, que una pelota que va camino de comerse un búnker de calle pegue un bote a lo Mike Powell y acabe perfectamente situada en la calle (veáse hoyo 17 de Cantlay este domingo)… En fin, mil y unas cosas. Tantas que hay que darle dos o tres pasadas al sacapuntas para acabarla.

Y ahora, con la lista por delante, imagine que eso tiene que ocurrir dos años consecutivos. Pues bien, eso casi es lo que ha conseguido este domingo Patrick Cantlay. No lo duden, prácticamente estamos hablando de una proeza. El norteamericano de hielo lo ha vuelto a hacer. Por segundo año consecutivo ha ganado el BMW Championship y llegará a la Final de la FedEx Cup en Atlanta esta semana que entra como Número Dos de la FedEx Cup. El año pasado fue el Uno y este año llega como el Dos. Impresionante.

Esta vez lo ha logrado saliendo en el partido estelar del Wilmington Country Club, que se ha jugado difícil porque el campo se ha ido poniendo muy firme, aunque sin viento, con una tarjeta final de 69 golpes. Cantlay ha terminado con -14, ganando con un golpe de ventaja sobre Scott Stallings (-13), que tuvo antes que Cantlay un putt de birdie en el hoyo 18 para haber llegado a ese resultado. Fue una buena oportunidad y se le escapó por muy poco. Esto también tiene que pasar. Añádanlo a la lista.

Lo más increíble de todo es que la habilidad que tiene Cantlay para entrar en ebullición a estas alturas de temporada. El año pasado llegó a los Playoffs en una gran dinámica, habiendo ganado antes, por ejemplo, el Memorial Tournament, ay ese Memorial del Covid de Jon Rahm cómo nos duele cada vez que lo citamos, y con cuatro top 25 en los cinco torneos previos. Y este año, sin haber ganado antes, llevaba seis top 14 en los siete torneos anteriores. Parece casi brujería. Es un hombre de verano. No hay duda. Estalla en junio y hasta donde le dure…

A tres golpes de Cantlay ha terminado Scottie Scheffler, que llegará a la Final de la FedEx Cup en la primera posición del ranking. Realmente, si se puede hablar de justicia en el deporte, parece lo más razonable que un jugador como Scheffler, con la temporada que ha hecho, llegue en la pole a Atlanta. Empatado con Scheffler terminó Xander Schauffele, que compartió el partido estelar con su buen amigo Cantlay, aunque no logró darle réplica.

Más allá del triunfo, la proeza de la semana hay que adjudicársela a Adam Scott (-10). El australiano llegó al BMW en el puesto 45º de la FedEx Cup y se ha metido en la Final de Atlanta. Ha terminado en la quinta posición compartida, con un approach y putt en el hoyo 18 para salvar el par crucial. Si hace bogey se habría quedado fuera de la fiesta de East Lake. Otros que han logrado meterse en la Final habiendo llegado al BMW fuera de los 30 primeros son K.H. Lee, que lo consiguió con una vuelta final majestuosa de 65 golpes, Scott Stallings y Aaron Wise. Se salieron del top 30 esta semana JJ Spaun (semana para olvidar), Tom Kim, Kevin Kisner y Davis Riley. Jon Rahm ha ganado tres puestos y llegará en el puesto undécimo, esto significa que saldrá a seis golpes del liderato.

Recuerden que en la final de la FedEx Cup cada uno de los 30 golfistas que se han clasificado partirán con un resultado según precisamente su clasificación en la FedEx:

LOS GOLPES CON LOS QUE EMPIEZA CADA JUGADOR LA FINAL DE LA FEDEX CUP