Jon Rahm (+4) se ha quedado fuera del corte en el Wells Fargo. Cerca de un año llevaba el español sin fallar un solo fin de semana, pero en esta ocasión no ha podido soltar el pesado lastre que había cogido en una primera ronda demasiado fallona y desafortunada.
Y el caso es que Jon, en una jornada mucho más complicada que la del jueves en Quail Hollow por culpa del viento, ha estado mucho más cerca de lo que parece de sobreponerse al varapalo del primer día, jugando con enorme determinación desde el tee y llegando a firmar hasta cuatro birdies y un eagle. Pero si el jueves colapsaba en los alrededores de los greenes (0/8 recuperaciones), en esta ocasión se topaba con un problema finalmente insalvable en los putts largos, puesto que terminaba la vuelta con cuatro greenes resueltos a tres putts. En tres de esa cuatro ocasiones le ha faltado el acierto y el temple necesarios para resolver la papeleta con el segundo putt desde distancias que se movían entre el metro y los dos metros.
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El de Barrika se plantaba en el inicio de la temible ‘milla verde’ (hoyos 16, 17 y 18) con los deberes casi hechos (parcial de tres menos en el día en ese momento), aunque sin colchón de seguridad, y precisamente iba a cerrar la vuelta con sendos tripateos en los hoyos 17 y 18. A ver, es necesario aclarar algo: en las cuatro ocasiones en las que Jon ha salido del green con tres putts (hoyos 5, 9, 17 y 18) se encontraba a no menos de 14 o 15 metros, distancias desde las que este tipo de desajustes o errores de cálculo son el pan nuestro de cada día. En total ha pateado seis veces para birdie desde distancias que iban de los catorce metros y medio a los diecisiete, cayendo en la trampa de los tres putts en cuatro de ellas, un registro que en cualquier caso sí parece excesivo, según los estándares de este jugador.
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Lo curioso es que arrancaba la vuelta de la mejor manera, embocando un putt de algo más de diez metros para ponerse a remar desde el mismo pistoletazo de salida… Conviene señalar, además, que Jon aún se plantaba en el green del 18 con una remota opción de meterse en el corte, aunque tenía que embocar un putt kilométrico para ello. En fin, necesitaba una gran reacción y ha puesto toda la carne en el asador para producirla y rematarla con éxito. Y no se ha quedado tan lejos. La buena nueva es que, en un escenario muy complicado y con el segundo Grande de la temporada a la vuelta de la esquina, ha recuperado en esta segunda jornada el pulso competitivo.
¿De verdad este tipo se puede perder el US Open?
El torneo se queda con tres colíderes en lo alto de la tabla después de 36 hoyos, Matt Wallace (-6), Gary Woodland (-6) y Patrick Rodgers (-6), que han aprovechado muy bien el hecho de salir en el turno matutino de juego, con mucho menos viento. También Rory McIlroy (-4) salía pronto a jugar y al fin ha emitido señales de vida potentes, entregando una magnífica tarjeta de 66 golpes. Tampoco se regalaban los birdies en el turno matutino: Phil Mickelson (-3), el brillante líder después de la primera jornada, salía a jugar a las siete y media locales y perdía mucho terreno con un registro de 75 golpes. Al zurdo californiano, ya se sabe, le gusta llevar la contraria.
Premier Golf League: McIlroy lo puede decir más alto, pero no más claro…
El fin de semana promete emociones fuertes, con una clasificación muy comprimida y un Quail Hollow que tradicionalmente suele ir ganando en dificultad según pasan las jornadas, sobre todo si sigue soplando el viento (y mañana sábado, según el parte, volverá a dejarse sentir sobre el recorrido de Carolina del Norte). Ahora mismo tenemos por arriba de la tabla a cuarenta jugadores en un margen de cinco golpes, así que cualquiera acierta el nombre del ganador, porque los patinazos seguirán a la orden del día y una ronda estable de golf puede hacerte ganar muchas posiciones. ¿Confirmará Rory su regreso al círculo de los ganadores después de casi año y medio sin cantar victoria? Por ser quien es, y a pesar de los pesares, es obligatorio incluirlo, sobre todo en este campo, donde a cada paso le llegan efluvios de excelentes golpes y actuaciones (ha ganado dos veces en Quail Hollow y atesora siete top ten en diez apariciones).
Jon sucumbe en los alrededores de los greenes de Quail Hollow
Tampoco ha podido salvar la dura jornada y recuperar el terreno necesario Rafa Cabrera Bello (+5), que sigue sin encontrar la manera de ponerse de verdad a sumar puntos en el PGA Tour en la presente temporada y, sobre todo, en el año 2021. Hoy, en una jornada en la que no era sencillo fabricarse buenas y numerosas opciones de birdie claras, el canario no ha podido aprovechar ninguno de los tres pares 5 de Quail Hollow, aunque sí ha mejorado ligeramente, en condiciones ventosas, sus prestaciones en todas las parcelas del juego. No le queda otra que seguir apretando los dientes en busca de esa semana redonda.
