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Las otras historias que nos deja la primera jornada del BMW Championship

Respira Matthew, respiramos todos

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Matthew Fitzpatrick mira su bola tras pegar un golpe con el driver
Matthew Fitzpatrick. (© Golffile | Mateo Villalba)

Matthew Fitzpatrick lleva dos meses y medio sin acabar un torneo entre los diez mejores. Concretamente, desde el Memorial Tournament de principios de junio. Digamos que una tenue luz amarilla intermitente se había encendido en los cuarteles de verano de Luke Donald, Edoardo Molinari y compañía. Fitzpatrick debe ser un pilar de Europa en la próxima Ryder Cup y a juzgar por sus resultados se le había ido. Venía de ganar el RBC Heritage con autoridad y, de pronto, fundido a negro. No eran ningún desastre, en los últimos seis torneos, por ejemplo, sólo había fallado un corte, pero no tenía brillantez. Un decimoséptimo puesto en el US Open fue su mejor resultado en esta última secuencia.

El propio Fitzpatrick estaba preocupado. Lo único positivo es que el problema estaba perfectamente identificado. El driver estaba siendo el lastre. El golfista de Sheffield, campeón del US Open en 2022, no conseguí poner la bola en la calle. Y claro, Fitzpatrick sin poner la pelota en el fairway es mucho menos Fitzpatrick. Se puso manos a la obra con su equipo de trabajo y ha costado, pero parece que han encontrado una solución. Vieron la luz el domingo después de la última jornada del FedEx St Jude Championship. «Encontramos algo y por fin me siento más cómodo desde el tee. Siento como si hubiera estado pegado el driver como Billy (Foster, su caddie)», comentó entre risas. Se le nota aliviado. Estaba ofuscado. «Estoy mucho, mucho, mucho, mucho mejor que hace una semana», admitió. En Memphis perdió más de tres golpes con la media de los jugadores desde el tee y acabó cogiendo seis calles el sábado y el domingo. En su estreno en el BMW este jueves, más allá de su gran 66, cazó nueve calles y sólo perdió con el field desde el tee 0.502 golpes. Un avance importante. Respira Matthew y respiramos todos.

– Rory McIlroy pegó un golpe de videojuegos en el hoyo 17. De esos que se te quedan grabados en la retina. Se une una ejecución fabulosa con un tiro de cámara extraordinario para ver lo que hizo la bola. Nos referimos a este golpe:

Pues bien, para Rory, este hierro 7, muy bueno, no fue su mejor golpe del día. «Había ventana, sólo me preocupaban un par de ramas por encima de la ventana, aunque en el peor de los casos se hubiera quedado en el búnker. Tenía la opción de enhebrar esa aguja entre los árboles o sacarla a calle y dije, qué demonios, estamos a jueves…».

Sin embargo, para el norirlandés su mejor golpe llegó en el 3, un approach desde la parte trasera de green. Se lo había volado con el segundo golpe desde el rough y lo cierto es que pegó un pitching wedge sensacional. Aquello olía a bogey por todos lados y se dejó el par prácticamente dado. Este es el golpe al que se refiere el norirlandés…

– Por cierto, Rory es líder después de hacer 65 golpes con sólo tres calles cogidas. Parece imposible, pero tiene cierta lógica. Si algún día se podía hacer eso, es ayer. El propio McIlroy lo admite. «El rough de las calles está peinado hacia delante y eso facilita que la bola se te quede bien y no haya mucha hierba entre el palo y la pelota. Por eso, decidí pegar con todo desde el tee, algo que no hago muchas veces. Fallé calles, pero estaba largo y con un palo corto y los greenes blandos, se podían hacer cosas. No creo que lo pueda volver a hacer esta semana ahora que se están secando los greenes», señaló.

– Por cierto, Rory ha sido líder de un torneo del PGA Tour después de la primera jornada en 20 ocasiones (la de esta semana es la 21) y ha ganado el torneo tres veces. Una cosa es que cómo se empieza y otra cómo se acaba.

– Es impresionante la admiración y el cariño que todos le profesan a Lucas Glover. Desde McIlroy a Harman, pasando por Kirk, Fowler o Scheffler. Todos se quitan el sombrero con lo que ha hecho, con sus dos triunfos consecutivos viniendo de la nada, superando sus problemas de putt. Harman admite que lloró con la victoria de Glover en el Wyndham más que con la suya en el Open. «Es un jugador extraordinario y todo sabemos lo que se sufre cuando tiene problemas con el putter. Estoy muy orgulloso de él, me alegro mucho por él. Es que sé lo que significa para Lucas. Sé lo que significa para sus hijos. Vimos a su hija allí llorando a lágrima viva. Fue una escena hermosa». Glover también fue mentor de Kirk en sus inicios. Pues al final va a ser que es verdad, que es un gran tipo para tener en un vestuario de la Ryder Cup.

– Hablando de Ryder Cup. Merece la pena escuchar a Scottie Scheffler cuando se le pregunta por qué jugadores se llevaría a Roma. No dice nombres, pero tiene muy claro el perfil. «Para mí lo más importante, más allá de que se adapte bien al campo de golf, es que sepa digerir ese ambiente, jugando fuera de casa. No sé cómo se puede entrar en la mente de algunos jugadores, pero tengo una idea decente de a quién querría en el equipo y son chicos mentalmente fuertes. No quiero decir ganadores por número de victorias. Es sólo que sean jugadores con esa mentalidad. Por ejemplo, yo estuve en el equipo hace dos años  y es lo que buscaban los capitanes. Golfistas que fueran ganadores y yo aún no había ganado. Es más una cuestión mental que de resultados, si eso tiene sentido», explica.