– Nadie duda que Scottie Scheffler, Rory McIlroy y Jon Rahm son los tres grandes dominadores del año en el golf mundial y, por tanto, en el PGA Tour. Son el Número Uno, Número 2 y Número 3 del mundo. Entre los tres han disputado un total de 54 torneos en 2023 con un balance de ocho victorias, 21 top 3 y 35 top 10. Han ganado más del 20 por ciento de los torneos en los que han jugado, casi el 40 por ciento de las veces han terminado entre los tres mejores y cerca del 65 por ciento de las ocasiones han finalizado entre los diez primeros.
Además, Jon ha ganado el Masters de Augusta y junto a McIlroy ocupan los dos primeros puestos de la Race to Dubai. Más madera. En la media de golpes del PGA Tour, cómo no, ocupan los tres primeros puestos. Agárrense que vienen curvas: Scheffler manda con 68.516, le sigue McIlroy con 68.730 y muy cerquita está Jon con 68.920. Ni que decir tiene que son los únicos que bajan de 69 golpes.
Son el auténtico Big Three de 2023 y ninguno de ellos, salvo hecatombe de Hovland, va a ganar la FedEx Cup. ¿Tiene esto algún sentido? Sí, de acuerdo, los playoffs están montados de esta manera y todos lo asumen, pero da la sensación de que algo falla. El desequilibrio entre lo logrado antes de los playoffs, la temporada completa vaya, y lo conseguido en las tres últimas semanas del año, es excesivo. Hovland no es el primer ejemplo. Se viene repitiendo. Ahí está el caso de McIlroy el año pasado, Patrick Cantlay en 2021 o Billy Horschel en 2014, por citar sólo algunos casos de los más llamativos.
Seguramente, ni siquiera es positivo para la propia FedEx o para el PGA Tour. El objetivo de esta semana es coronar al mejor del circuito y resulta que, salvo sorpresa, no van a estar ninguno de los indiscutiblemente tres mejores. Sí, es muy emocionante. Sí, televisivamente puede funcionar. Pero habría que encontrar un mayor equilibrio entre la emoción y la justicia deportiva, o como está tan de moda en los últimos tiempos, la meritocracia. Y otra cosa después será ver quién se lleva el premio al Jugador del Año. Todo apuntaba a un duelo entre Rahm y Scheffler, pero ¿podría Hovland meterse en el debate ganando la FedEx Cup?
– Dicho esto, si a Hovland le da hoy por trastabillarse, como ya le ocurrió al propio Scheffler hace un año, aún pueden ocurrir muchas cosas. Rahm y Scottie están a nueve golpes y McIlroy se encuentra a once. Con el sentido común por bandera, parece imposible, pero cuántas veces el deporte ha desafiado al sentido común. Sea como fuere, Rahm, en su última ronda de la temporada en su mejor curso en el PGA Tour, necesitará firmar el mejor domingo de su vida en East Lake para tener alguna opción. Ni siquiera parece que pueda ser suficiente la tarjeta de 66 golpes que entregó el último día en 2020 y que aún figura como su mejor resultado aquí un domingo.
– La exhibición de Hovland hasta el momento en el Tour Championship está siendo impecable. Es cuarto en calles cogidas, primero en greenes en regulación y primero en recuperaciones. A la vista de esto, lógico es que tenga seis golpes de margen con el segundo. De todas sus estadísticas hay una curiosa que tiene que ver con lo que el propio noruego decía a principios de la semana sobre su mejoría en el juego corto. «He entrenado mucho y he aumentado mi nivel, pero la clave principal es que estoy aprendiendo a fallar por el lado bueno», admitió. De los once greenes que ha fallado esta semana, cuatro han sido por el lado malo y ahí han llegado sus dos únicos bogeys de la semana. No obstante, el auténtico mérito de Viktor es haber encontrado, al menos estas últimas semanas, el equilibrio extraordinario entre seguir siendo agresivo tirando a bandera, algo que no ha perdido, con una capacidad mayor de protegerse del error malo. Uno de los santos griales del golf.
– No va más. Es la última ronda de la temporada en el PGA Tour. Es la última posibilidad de impresionar a Zach Johnson para ser elegido para la Ryder Cup. Serán los 18 hoyos más importantes para Keegan Bradley o Lucas Glover, dos de los jugadores que tienen que convencer realmente al capitán para meterse en el equipo. De momento, han conseguido estar en la pelea hasta el final. Lo que hagan hoy será importante. Morikawa ya se lo ha ganado y se cuenta casi seguro con las elecciones de Koepka y Spieth. Quedan otras tres y cinco candidatos: Bradley, Glover, Young, Fowler y Thomas. Los tres últimos son los favoritos, pero a ver qué ocurre este domingo.
