Una pequeña aficionada al golf apostada a la salida del green del hoyo 17 de Riviera portaba un cartel más grande que ella misma donde se leía una lista con tres tareas. La primera era conseguir un transplante de corazón, la segunda, conocer a Tiger Woods y la tercera, jugar en Augusta. La primera, la más importante obviamente, tenía ya el visto bueno de haberlo conseguido. La segunda lo logró este sábado. Tiger la vio y chocó su mano con la niña camino del 18. Hecho. Sólo le queda jugar en Augusta.
Add that check ✅❤️ pic.twitter.com/mN9XrDu6XX
— PGA TOUR (@PGATOUR) February 18, 2023
Todos los aficionados que han seguido a Tiger Woods en la tercera jornada del Genesis Invitational, así como los miles y miles que lo han visto por televisión, también pueden presumir de haber completado otra tarea vital en sus vidas. Todos hemos visto a Tiger Woods jugar a un nivel que invita a soñar con cualquier cosa. ¿Ganar otro torneo de golf? Por supuesto. ¿Ganar el decimosexto Grande? Rotundamente sí.
Tiger ha desplegado hoy un golf mayúsculo. Ha entregado una tarjeta de 67 golpes con un eagle, tres birdies y un solitario bogey. Es su mejor resultado desde la segunda ronda del ZOZO Championship en octubre de 2020, hace ya dos años y cuatro meses. Esta vuelta es mejor también que cualquiera de las que jugó en 2020, su anterior presencia en el torneo, antes del accidente, menos de un año después de ganar el Masters y apenas cuatro meses después de vencer en el ZOZO.
Los datos molan y ayudan a entender lo que ha hecho hoy Tiger. Sin embargo, puede ser un poco fríos. Se quedan cortos. Hay que añadir que Riviera es un campo muy complicado. Un 67 en Riviera no es el mismo 67 que en otros. Es más difícil. Hoy, de hecho, sólo dos jugadores han hecho menos golpes que él: Denny McCarthy (64) y Jon Rahm (65). Sólo dos.
Casi igual o más importante que el resultado, la manera de conseguirlo o la exigencia de Riviera, es su estado de salud. Si algo pudimos ver de primera mano en 2022 es que Tiger podía aguantar los dos primeros días de los torneos, así lo hizo en el Masters y en el PGA Championship, pero en ambos casos se derrumbó físicamente el fin de semana, hasta el punto de que se retiró en el PGA. Hoy, sin embargo, en la tercera ronda consecutiva, 54 hoyos, se le ha visto muy bien, mejor incluso que el jueves. «El golf ha estado bien, pero lo más sorprendente es el hecho de que está aguantando, parece sano y no se cansa al final de las rondas», reconocía Joey La Cava, su caddie, al periodista Dan Rapaport al acabar la vuelta.
Tiger ha fallado muy pocos golpes hoy. Quizá el único lunar ha sido la salida del hoyo 6, aunque ha podido salvar el par. Ha pegado algún drive de más de 360 yardas, ha tirado hierros espectaculares, se ha movido con muchísima soltura a través de la bola y ha vuelto a recordar al gran Tiger con el putter en las manos. Alguna se la escapado, lógico, pero ha metido también muy buenos putts.
Tiger is feeling it early in Round 3.
He rolls in his second birdie of the day @TheGenesisInv. pic.twitter.com/zrlx2NrKFQ
— PGA TOUR (@PGATOUR) February 18, 2023
El gran momento del día ha llegado en el hoyo 1, el 10 de su recorrido. Pegó una buena salida al rough de la derecha y su segundo golpe fue sublime. Pasó cerca del hoyo para albatros (es un par 5) y la dejó dada para eagle. Riviera se caía. Porque sí, señores, porque Tiger está de vuelta, porque ilusiona y porque ha vuelto a sacar las garras. Si el físico no se lo impide, su golf está para mirarle a los ojos a cualquiera en las condiciones apropiadas.
Hermoso todo