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El campeón del Northern Trust se emocionó con el sms de Tiger

Tiger Woods fue de los primeros en felicitar a Tony Finau por su victoria

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Tiger Woods y Tony Finau. (© Golffile | Thos Caffrey)

Tony Finau ya está en Baltimore para jugar el BMW Championship, segundo playoff de la FedEx Cup que se disputa en el recorrido Caves Valley. Obviamente, había muchas ganas por saber cómo habían sido las horas posteriores a su gran triunfo en el Northern Trust y la historia, la verdad, es que no defrauda en absoluto.

Finau ha desvelado que cuando encendió su teléfono móvil por primera vez después de ganar el torneo se encontró con más de mil mensajes diferentes, por si tenían alguna duda de que se trata de uno de los jugadores más queridos del PGA Tour. Todos los mensajes tienen su peso e importancia, pero Finau ha querido destacar uno por encima de todos. Es lógico.

«Uno de los primeros mensajes que me llegó era de Tiger Woods. Fue muy, muy especial. Me contaba lo orgulloso que estaba de mí por la pelea y la garra que había demostrado. Lógicamente me llegó muy dentro siendo él. Diría que es el mensaje más importante que he recibido. Además, al ser uno de los primeros significa que lo estuvo viendo por televisión, y eso lo hace aún más especial. También me escribió Donovan Mitchell, jugador de Utah Jazz, Mike Conley… Tenía miles de mensajes. Imagino que todos mis amigos y seguidores estaban hambrientos después de tantos años sin ganar», bromeó.

Homenaje por todo lo alto en el McDonald’s en mitad de la madrugada

La noche del lunes también fue muy especial, aunque un poco estrambótica. Se fue a cenar después de terminar con todos los compromisos propios del ganador de un torneo en el PGA Tour, al restaurante Ruth’s Chris, junto a su entrenador, su caddie y su manager. A eso de las once volvió a la casa para descansar, pero obviamente, con la emoción, no se podía dormir. Estuvo respondiendo mensajes hasta las tres de la mañana. A esa hora se despertó también su entrenador, ambos tenían hambre de nuevo y decidieron ir a un McDonald’s. «Eran las tres de la mañana y no había muchas opciones. Me comí un Big Mac, un Cuarto de libra y diez Nuggets de pollo. No iba a un restaurante de comida rápida desde que era un crío, el momento merecía la pena», afirma entre risas.

A eso de las cinco de la mañana se volvió a la casa, se durmió y a las ocho de la mañana ya estaba en pie para realizar su habitual rutina de entrenamiento, empezando por el gimnasio. Había mucha emoción, y lo que no es emoción, que quemar.